Cuando el delegado de la Sociedad General de Autores para el noroeste de España Javier Vidal, persona que políticamente tuvo su mayor esplendor como liberal que es en la época de UCD cuando llegó a ser consejero de varios sectores en la preautonomía que presidió Rafael Fernández, se afilió al Partido Popular, foto incluida con Gabino de Lorenzo entregándole el carnet junto al gran culo de Urculo en la ovetense calle Pelayo, llegó con ganas de trabajar en el consistorio ovetense y principalmente con la idea de gestionar grandes paquetes de turistas para Oviedo, fijándose, como no podía ser menos, en China. Luego se fue desencantado con la política popular y del alcalde siendo, junto a José Suárez Arias-Cachero, dos de los fichajes más sonados pero fallidos que tuvo Gabino de Lorenzo.
Viene todo esto a cuento porque Javier Vidal, a quien le sigue picando el gusanillo de la política, y más ahora que está a punto de jubilarse de la polémica SGA, ha vuelto a ser llamado por los chinos de la provincia de Zehiang -40 millones de habitantes- con cuya capital Hangzhov estamos hermanados, para que les vuelva a presentar la próxima semana en la sociedad ovetense ya que una delegación del Partido Comunista y de la municipalidad de aquella lejana zona viene en visita oficial de nuevo interesados en el turismo y en los negocios que, por otra parte, buena falta nos hace.
Javier Vidal que es una persona muy disciplinada, contra lo que pudiera creerse, y se ha puesto en contacto con el actual concejal de relaciones institucionales Joe Pando, que aunque de Villaviciosa habla muy bien inglés por haber residido hasta ahora en Florida (EE.UU), para que el ayuntamiento de Oviedo atienda a estos importantes chinos como es debido, visita al palacio de congresos Calatrava incluída. En su día, años atrás, ya estuvieron aquí y una delegación ovetense estuvo allí con Javier Vidal y Severino García Zaragoza, el presidente de los comerciantes, a la cabeza. Entonces no había la crisis actual y aquellos contactos prometían mucho y hasta el el mismísimo Vidal en un momento de euforia prometió traer un millón de chinos como turistas a Asturias. Los chinos que tenemos, aquí y en otras muchas ciudades de España, se dedican preferentemente al comercio y a la hostelería abriendo y cerrando locales según vayan los vientos de la economía. Recuerdo precisamente que cuando la expedición ovetense visitó Hangzhov se encontraba allí como cónsul el asturiano Alejandro Alvargonzález que se emocionó un montón cuando los 30 gaiteros que acompañaban a la expedición ovetense se presentaron en su domicilio interpretando el “Asturias, patria querida”.
China ha sido, y es, el país emergente de verdad, la segunda economía del mundo mundial camino de convertirse pronto en la primera, y cuyas ansias de consumo podrían sacarnos del atolladero económico en que nos encontramos. Así pues tratemos bien estos chinos que nos trae Javier Vidal, aplaudiendo ayer con fuerza en el avilesino teatro Palacio Valdés a un inconmensurable Kevin Spacey en su papel de “Ricardo III” -por cierto, ¿Deberá algo el centro cultural Niemeyer a la Sociedad General de Autores?- y que, si la situación institucional y política fuera normal en nuestra comunidad autónoma, deberían ser recibidos incluso por el presidente del Principado, pero como no va a ser así, que los reciba, además del alcalde, el empresario José Cosmen, el primer asturiano, y uno de los primeros en España, en darse cuenta de las posibilidades de negocio que había en China, algo de lo que se dio cuenta en cierta ocasión cuando atravesaba el Artico en avión y para matar el tiempo leía una revista financiera en la que se informaba sobre las grandes posibilidades que para los emprendedores tenía China. Y vaya que sí las tiene y como las supo aprovechar el de Cangas de Narcea