En la últimas semanas, casi a diario, en todas las ciudades españolas se están produciendo concentraciones y manifestaciones de los pensionistas que reivindican unas pensiones más dignas a la par que contemplen subidas anuales acordes -como mínimo- al incremento de los precios al consumo.
Las manifestaciones se producen cuando en España está gobernando el Partido Popular presidido por Mariano Rajoy que ayer, precisamente, fue abucheado por los pensionistas durante su visita a Badajoz.
Ayer, también, publicaba la prensa económica las retribuciones correspondientes al pasado ejercicio de los consejeros delegados y presidentes de las empresas del Ibex, así como las de sus consejos de administración. Algunos ejemplos: Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, cobró 9,4 millones de euros (25.700 euros al día); Ana Botín, presidenta del Banco Santander, cobró 7,8 millones de euros (21.300 euros al día); y Francisco González, presidente del BBVA, 5,7 millones de euros (15.000 euros al día). En cuanto a los consejeros que se sientan en sus consejos de administración, en total 450, se repartieron 249 millones de euros, a razón de 550.000 euros por cabeza.
¿Riqueza mal repartida o vergonzoso expolio económico y social a trabajadores y clientes de las propias empresas?
Una mayoría de los pensionistas sobreviviendo casi en la indigencia y con un Gobierno que, después del saqueo de la hucha de las pensiones, es incapaz de buscar otra alternativa que no sea el descarado e interesado consejo de que cada cual haga su Plan de Pensiones Privado.
Alguno de los presidentes de las empresas del Ibex citados anteriormente, cuando se jubilen, a parte de cobrar la máxima pensión del Estado, tienen sus Planes de Pensiones gracias a las aportaciones de las propias empresas que tan bien les retribuyeron millonaria e insolidariamente durante su vida laboral.
Escribí "alguno de los presidentes" por no decir todos, pero volvamos a un ejemplo: se publicó que el presidente del BBVA tiene dotado su Plan de Pensiones Privado por un importe de 70 millones de euros. Cuando se jubile, en el supuesto que sobreviva 25 años, su pensión máxima del Estado la puede complementar -para que él y los suyos no pasen penurias- con 2.800.000 euros anuales, que son lo mismo que 466 millones al año de las antiguas pesetas.
Ojalá no decaigan las protestas pacificas y justas de los pensionistas de a pié y sus reivindicaciones. Cada uno, aún sin dinero, tiene en su mano un voto. Unidos 10.600.000 votos ponen en su sitio al impresentable Gobierno de turno.