El Gobierno del Principado de Asturias, que preside el socialista Javier Fernández, dice que está alerta sobre los grandes proyectos industriales que se fraguan en cualquier parte del mundo. En la actualidad el caso concreto que ocupa la cabeza del Consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola, y la de la directora del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA), Eva Pando, se refiere al proyecto de la fabricante estadounidense de coches eléctricos Tesla y a la posible ubicación de una de sus fábricas en Europa. Asturias quiere ser, en palabras de Eva Pando, una "propuesta atractiva" para los americanos de Tesla.
No cabe duda de la gran repercusión económica y para el empleo que tendría -para una Comunidad como la nuestra- la captación de una gran industria de automoción además de las sinergias que conllevaría para otros sectores. Lugares como Pontevedra, Valladolid, Palencia, Barcelona, etc., que tienen la oportunidad de albergar fábricas de automóviles son referentes de la repercusión que esas instalaciones tienen en sus economías y en su población.
Pero, mientras que Tesla se decide -y si se decide por Asturias sería a base de recibir subvenciones millonarias- no estaría mal que el Gobierno del Principado, la consejería de Empleo, Industria y Turismo particularmente, sacase del cajón de la ignominia el expediente de la Ciudad Residencial de Perlora, otrora orgulloso ejemplo de turismo social, e intentase aportar alguna iniciativa propia para -sin la ayuda de Mr. Marshall- promover negocio y empleo sin pagar peaje.
Claro que -vergonzosamente Perlora está ahí abandonada- para ello habría que tener ganas de trabajar además de ideas. Tampoco, aunque solo sea por la experiencia, serían necesarias muchas.