En una Autonomía como la nuestra, donde la edad media de todos nosotros ronda los cuarenta y ocho años, no tiene que sorprendernos que el tema que más nos preocupa sea el de la salud, y más, cuando recurrentemente nos encontramos, un invierno sí y otro también , con epidemias de gripe descontroladas que dejan inoperantes nuestras vacunas , con la sorpresa y sospecha que ello genera, y que nos obliga a aumentar el consumo de agua, ya que según los expertos uno de los medios de prevenirla es lavar con frecuencia las manos, y si, por desgracia, la gripe alcanza, como decía mi abuela, la mejor terapia la de siempre, la cama, y que remita la fiebre y cuando se logra, una buena compañía, una buena lectura.
No es la primera vez que os hablo de mis precauciones con la lista de novedades que las editoriales ofrecen semanalmente y más en Navidad, que muchas veces son un auténtico timo y una falta de respeto ala inteligencia del lector, y es que en este mercado persa que nos invade, donde hasta el agua cruda se comercializa, abundan los denominados “libros-tigre” o “libros inútiles”, de ahí que , después de algún que otro timo, opte por leer aquellos libros de probada calidad, aunque sean de otra época –por ejemplo los clásicos- o bien por releer aquellos que me han gustado, y es que ya que uno no puede leerlo todo, habrá que escoger y evitar engaños.
En esas estaba el otro día releyendo a Cervantes, concretamente su novela “El casamiento engañoso”, cuando su protagonista, el engañado y enamorado alférez Campuzano, nos cuenta el asombro que tiene al encontrar dos perros que hablan y además de manera racional y como uno de ellos, de nombre Berganza, nos dice que “ha poco oyó a un estudiante de Alcalá de Henares que de los cinco mil estudiantes que cursaban aquel año en la Universidad, dos mil ‘oían’ Medicina”, y que llevóal mismo Berganza a la conclusiónde que “ estos dos mil médicos han de tener enfermos que curar – que sería harta plaga y mala ventura – o ellos se han de morir de hambre”.
Esta novela fue publicada en 1613 y de entonces a acá han pasado algunos años, concretamente cuatrocientos cinco años, y aun así conecta directamente con el problema que vivimos en la actualidad, con algunos cambios notorios no exentos de cierta contradicción, y es que , aunque vivimos más años o quizás por ello, tenemos muchos enfermos e incomprensiblemente, en una sociedad que se tilda de moderna y avanzada,insuficientes médicos – o quizás mal repartidos como se nos ha dicho - para cubrir la demanda.
Siempre se ha comentada que la Universidad debe dar respuesta a las necesidades de la sociedad, pero en este tema y desde hace años, muchos, la solución no se atisba. Reiteradamente diferentes grupos políticos de los ayuntamientos asturianos, también en Siero, han denunciado y denuncian las carencias que tienen algunos servicios médicos, como el de pediatría o el de urgencias de algunos centros de salud, entre otros. No hace mucho se comunicó la dificultad que tenían algunos facultativos para jubilarse después de “una larga y emérita trayectoria” y el principal motivo que se aduce es la falta de médicos.
Y mientras en la Facultad de Medicina de Oviedo los aspirantes a galenos tienen serias dificultades para acceder, pues las exigencias rayan la locura, por no decir lo ilógico, y es que pedir que todo alumno de un máximo de 14 puntos tenga un total de 12,674 después de cursar dos cursos de bachillerato y la prueba propia de acceso, donde uno puede ver frustrada su vocación por sacar una mala nota en el examen de una materia que incida poco o nada en su futura profesión, ya Lengua, Filosofía, Inglés… borda lo imposible. No deja de sorprender que ante la ausencia de médicos, como se nos dice, las condiciones de acceso sean tan leoninas.
Dicho lo dicho y vista la situación que se vive y vivimos desde hace ya tiempo, sólo me queda reiterar que si la Salud ha sido siempre una prioridad, más en circunstancias las actuales que nos recuerdan que “los enfermos no tienen vacaciones”. P.D Agradezco a Cervantes que me haya permitido abordar un tema tan crucial como éste y más cuando la crisis económica ha dejado a muchos hogares sin los ahorros necesarios para encarar situaciones difíciles.