En esta tarde invernal me llega una triste noticia, el fallecimiento a los 67 años de mi buen amigo y compañero en las fatigas periodísticas Julio Puente, un recio periodista mierense de amplio recorrido profesional que no hace mucho se jubiló tras años al frente de La Nueva España en Gijón.
Se que en estas tristes circunstancias puede sonar a tópico lo de que fue un gran tipo pero así es. Recuerdo que hace cuarenta años asistí a su boda y nuestra especialización en fútbol nos llevó a recorrer multitud de estadios siguiendo al Real Oviedo en unión de otros destacados colegas ya fallecidos como Julio Alvarez "Don Mendo", Aquilino Iglesias- Cuesta o Ricardo Vázquez-Prada por citar. Su sapiencia sobre "el pelotu", como decíamos en broma, era grande y hasta el final de su carrera, ya jubilado, continuó escribiendo sabrosos artículos relacionados con el Sporting puesto que residía en Gijón.
Juntos estuvimos en los difíciles y últimos tiempos del diario Región en el que los trabajadores rezábamos, sí, para que a medianoche llegara un camión de Bilbao con una bobina de papel para poder sacar el diario a la calle, trabajadores que llevábamos algunos meses sin cobrar e incluso sin saber de quien era propiedad el diario puesto que la familias Aza y Figaredo querían endosarlo a Aurelio Delgado, cuñado de Adolfo Suárez, empeñado en poner en marcha una cadena de periódicos regionales que se fue al traste con la dimisión del entonces presidente del Gobierno. Precisamente una tarde estábamos haciendo tiempo jugando a los dados en la cafetería Rio Club, en la calle Fray Ceferino, cerca de la sede de Región cuando entró escopetado un auxiliar gritando "¡Avila, Julio, la guardia civil ha tomado el Congreso!. Era entonces director Juan de Lillo, al que luego sustituí, y que tuvo la valentía de publicar al día siguiente con Tejero aún dentro del Congreso un editorial defendiendo la democracia y la Constitución. Fuimos uno de los ocho periódicos de España que se atrevieron a ello.
Recuerdo también un domingo en Hoja del Lunes. Julio Puente y yo repasábamos las crónicas del domingo cuando me llamó el entonces presidente del Principado Pedro de Silva para preguntarme como veía la privatización de La Nueva España cuya subasta se celebraba el martes siguiente en Madrid. Cuando colgué el teléfono le comenté a Julio, redactor del citado diario, ""Colega, dentro de uno días tienes nuevo dueño, el empresario Moll de Miguel", como así fue y tal como deduje de mi conversación con el presidente de Asturias.
El año pasado, precisamente por estas fechas, tuve el honor de compartir con él y con Pilar Rubiera el homenaje que nos dio nuestra Asociación de la Prensa en la fiesta del patrono San Francisco de Sales. Fue la última vez que nos vimos.
Julio Puente se nos ha ido para siempre, una gran pérdida que me produce en estos instantes de la tarde un vacío difícil de explicar. Perteneció a una generación, a mi generación, que vivimos los últimos años del franquismo, la transición y el desarrollo de la democracia, siempre trabajando en medios de comunicación asturianos y ligados por tanto a la problemática de nuestra tierra. Descansa en paz buen amigo y a su esposa e hijos, un abrazo solidario. No te olvidaremos.