Un año más, aunque cada vez menos, nos reunimos antiguos alumnos del Colegio del Colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo, asociación que tiempo atrás presidí creo que durante diez años. En esta ocasión fue la XLIII reunión con recuerdo para la promoción de 1964. Uno de sus integrantes, el hoy presidente del Centro Asturiano de Oviedo, Alfredo Canteli, aunque solo estuvo nueve meses en el colegio, recordó anécdotas y brindó por el 2018 cuyos nubarrones para Asturias son intensos y cercanos.
Con todos los respetos sigo opinando que el Partido Popular se equivocó despreciando la posibilidad de que este bancario jubilado de Teverga encabece la lista municipal en las próximas elecciones y es que el tiempo pasa volando y a partir de mayo solo quedará un año para las mismas. Eche en falta en la reunión al concejal y ex alumno Gerardo Antuña pero, por lo visto, tenia comida con los suyos, o sea, con los del PP. Si acudieron dos de nuestros antiguos profesores que aun siguen en buena forma, como los frailes Basilio Cosmen y Valdés, y también el que fue gran deportista, portero internacional de hockey sobre patines, Ismael Mori, y el ex consejero de Sanidad Rafael Sariego. Lo que me gustan de estas reuniones es que por lo menos una vez al año te reencuentras con antiguos compañeros de colegio. Eso sí, los jóvenes se resisten a este tipo de encuentros. De los asistentes creo que solo mi hijo Oscar no pasaba de los 50. Tampoco faltó, admiro su capacidad de superación dadas las limitaciones físicas que tiene, el ex alcalde y ex eurodiputado Antonio Masip. Con la sapiencia que dan los años y la independencia profesional que tiene ya no es tan visceral como antaño y sí bastante más crítico, incluso con su partido, el PSOE. De momento el nuevo secretario general de la AMSO Iván Piñuela se ha limitado a colocar una placa identificativa en la fachada de la Casa del Pueblo en la calle de Arguelles. Supongo que habrá gestionado el correspondiente permiso municipal.
Los colegios privados de las grandes órdenes religiosas, caso del que nos ocupa, han ido perdiendo su identidad ante la escasez de frailes y, por lo tanto, de profesores. Además los colegios han pasado a ser propiedad, y dirigidos, de fundaciones con el más acusado espíritu mercantilista, pero así es la vida. El caso es que entramos en una semana importante para muchos españoles. El día 21, porque se juega en las urnas el futuro de Cataluña y probablemente de España y el día 22 porque la Lotería hará felices a un montón de ciudadanos. Quedo a la espera del tradicional discurso del Rey Felipe, callado por el momento, así como el de el presidente de los asturianos Javier Fernández a quien noto incómodo por la presión a que le somete Adrián Barbón para que pacte con Podemos e IU los presupuestos para el 2018, alejándose del ofrecimiento del PP.
En todo caso para Asturias es bueno contar con presupuestos. Enero nos traerá un nuevo presidente de la patronal, apuesto por Bernardino Feito, y malos augurios para lo que queda de la minería. En todo caso todos esos mega proyectos del Ministerio de Fomento que su titular Iñigo de la Serna viene a presentar cada dos por tres al Principado deben comenzar cuanto antes a convertirse en realidad o al ministro como a Pinocho le va a comenzar a crecer la nariz.