Un pavo en el país de las maravillas

La pasada semana, los verdugos del Centro Correccional (En Estados Unidos de América del Norte llaman "correccional" a lo que aquí llamamos directamente "matadero") de Lucasville en el Sur del Estado de Ohio, estuvieron 25 minutos intentando introducir líneas intravenosas en los brazos y en una de las piernas de un condenado a muerte al que pretendían ajecutar. No lo consiguieron y tras poner el asunto en conocimiento del gobernador de Ohio -un tal John Kasich-, este reprogramó la ejecución para el 5 de junio del 2019, día en que -supongo- tengan un hueco en la lista de espera.
 
Ayer, el presidente de los Estados Unidos de América del Norte, Donald Trump -antes de partir con su última esposa, Melania, a su mansión de Palm Beach-Florida (mansión recién reformada después de los últimos huracanes) para celebrar el día de Acción de Gracias- indultó, para que no fueran ejecutados y comidos durante la gran fiesta, a "Drumstick" y a "Wishbone" dos pavos que en el último fin de semana no estuvieron alojados en el corredor de la muerte del gallinero de algún "correccional" sino que estuvieron "a cuerpo de águila" en un hotel de gran lujo, el Willard Intercontinental de Washington, con gastos pagados por la Federación Nacional del Pavo.
 
Dicen las crónicas que Donald Trump deseó mucha felicidad a los pavos y les aseguró que tendrían "un futuro muy brillante por delante" en ese gran país de la igualdad y de las oportunidades.
 
En los Estados Unidos de América del Norte solamente en lo que llevamos de este año 2017, que se sepa, se indultaron 2 pavos y se ejecutaron 22 personas. Que ya podían ser 23 si los verdugos del "correccional" de Ohio llegan a encontrar las venas que buscaban.   



Dejar un comentario

captcha