Del trabajo, V

En épocas de que una parte de la población reniega del trabajo, incluso de un trabajo legal y moral, y necesario para la sociedad-comunidad-Estado, para nosotros y para la huella en los que vengan después. Quizás, haya que continuar realizar-construir unas mínimas reflexiones, porque al final, el trabajo es una realidad-entidad de enorme importancia para el ser humano, a y en todos los sentidos.

                        - Entiendo por trabajo un mapa de enorme riqueza, desde el trabajo remunerado, si es legal y moral, el trabajo del estudio o estudiante, sea cual sea, su nivel de aprendizaje, el trabajo o vocación que no es remunerada, por ejemplo, alguien que quiera ser escritor, y en su tiempo libre, o parte de él, lo dedica a la actividad creativa o de búsqueda, etc.

                        Incluso en la época de jubilación, los humanes pueden realizar actividades-actos que se consideran trabajo. Una carta escrita por un enfermo en un hospital a un amigo o amiga, puede tener una finalidad y tener algunos parámetros o variables que se podrían equiparar a trabajo.

                        Todo trabajo es un cambio social, de alguna manera, en una creación de un producto o en el otorgamiento de un servicio.

                        - Con el trabajo, bien hecho, o lo mejor bien hecho, que es jurídicamente aceptable y moralmente adecuado, perfeccionamos la tierra y la naturaleza, perfeccionamos a la sociedad, perfeccionamos a nosotros mismos.

                        No podemos olvidad-obviar de la persona que se siente fracasada en su trabajo o profesión o vocación o en su labor de años, incluso de lustros. Que su trabajo no es reconocido, ni mínimamente, que su labor no es aceptada, ni menos aún valorada, que es minusvalorada incluso, que no existe para los ojos de los demás seres humanos.

                        Quizás en esta situación el ser humano debe sobrellevar la realidad, debe trabajar en alguna función que le permita vivir y sobrevivir con dignidad y moralidad, y esperar, que su otro trabajo-vocación-profesión, un día le permita obtener algunos beneficios, beneficios en todos los sentidos.

                        - No es conveniente ni el trabajo excesivo, ni el trabajo mínimo, sino el trabajo adecuado, porque el ser humano además del trabajo tiene que tener tiempo y energías para ocuparse moral y adecuadamente de si mismo, de ocuparse de su familia, de ocuparse de su constante formación-educación, de ocuparse de la sociedad, de ocuparse del Ser Supremo.

                        - El ser humano debe dejar un tiempo suficiente al trabajo, pero también al ocio y al descanso.

                        En el tiempo de descanso, de múltiples formas, legales y morales, el ser humano debe intentar apaciguar su mente y su espíritu, conocerse mejor, intentar comprender-entender mejor el mundo. Por supuesto el descanso y el ocio, debe si puede entretenerse, cambiar de actividad, dedicar más tiempo o un tiempo extra a la familia, etc.

                        - Quién es creyente, piensa que en su trabajo si es legal y moral, colabora con la perfección de la naturaleza, colabora con el plan de Dios sobre el ser humano.

                        Entiendo que estas dos razones, quizás ahora, en tiempos de un tanto por ciento de la población escéptica metafísica y religiosa pueden resultar de aceptar. Pero pienso que esto ha sido importante en la historia humana, tener estos dos motivos o razones, por lo cual, deberíamos al menos, plantearnos si algo de ello se puede recuperar.

                        Porque si en tu trabajo “deseas que entre Dios”, a ti mismo, te tomarás como más humano, al otro, ya no es solo un objeto o un cliente o un ente del que obtienes un intercambio, sino un ser sujeto, en el cual, estás realizando diríamos “la obra de Dios, la obra del ser humano”.

                        - Trabajamos según Dios, en Dios y con Dios.

                        Esto puede abrirle a usted una sonrisa de conmiseración hacia el escribidor de estas palabras, pero desde luego si usted está esperando un “diagnóstico para una presunta enfermedad o debajo de un bisturí en una cirugía”, quizás, usted valore, sea ateo o agnóstico que la persona que le va a realizar esa acción, además de todas las razones que tenga para realizar esa labor, además de todas ellas, pueda moverle un valor-función-finalidad-causación-motivación religiosa-espiritual.

                        En un mundo laboral y profesional de tantos engaños-mentiras-manipulaciones-subjetividades, se echa en falta, que otras personas, con las que entras en relación e interrelación pueda ser un interlocutor en el cual, los valores y motivos de Dios no estén totalmente ausentes.

                        Muchas noticias de engaños-mentiras-desfalcos-corrupciones que todos los días asistimos en los medios de comunicación, quizás, no se habrían dado o al menos, más reducidas, si la sociedad, no hubiese perdido el sentido de lo religioso y espiritual, y por tanto, de una moralidad y ética mínima, y de que el otro ser humano, es también un ser humano y no solo un objeto comercial o fuente de obtención de beneficios.

                        - No realizar el trabajo con formas y maneras y motivos y razones desordenadas. El trabajo hay que realizarlo con eficiencia y orden. De ese modo, el trabajo se hace menos trabajo y al mismo tiempo es más eficaz-eficiente-racional-prudente. Te cansas menos y cansas menos a los demás.

                        - Tantas personas niegan y reniegan de su trabajo, siendo digno y legal, por tantos y tantos motivos. Sean razonables o no. Que creo que es un mal en algunas sociedades.

                        Pocos entienden el trabajo como modos y formas, siempre que sea legal y moral, e incluso bueno espiritualmente, que es el modo que tenemos de perfeccionar la tierra, de ayudar a los demás, de querernos a nosotros mismos, entre otras maneras.

                        - El trabajo legal y moral, el trabajo bien hecho, sea el que sea, de las miles o docenas de miles de actividades que el ser humano realiza perfecciona al ser humano, el que lo hace y el que recibe ese trabajo, y perfecciona a la humanidad, porque cada uno completa y complementa con su trabajo el trabajo de los demás.

                        Durante siglos, la tradición y lo normal el trabajo no solo se ha referido al mismo trabajo, ni a la necesidad y a todas las demás características, sino también en relación al Ser Supremo. Es decir, el trabajo, no solo tiene que ser legal y moral, sino también estar en armonía con la moralidad y espiritualidad Trascendente.

            http://twitter.com/jmmcaminero   



Dejar un comentario

captcha