Veo en los informativos de TPA al empresario Ignaciu Iglesias expresar una serie de fervientes deseos para sacar a Asturias de la crónica crisis en que se encuentra como inicio de su campaña hacia la presidencia de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) que en enero, cuando se celebren las elecciones para sustituir a Pedro Luis Fernández, será sin duda alguna para Belarmino Feito apoyado por el poderoso sector del metal con Arcelor al fondo.
Es bueno que haya competencia en estas elecciones de la patronal asturiana. Ignaciu Iglesias es un ovetense de 50 años, vecino de Valdesoto, actual consejero delegado de su empresa familiar, Cartonajes Vir, y que tras militar en el Partido Asturianista de Xuan Xosé Sánchez Vicente y del URAS de Sergio Marqués, recaló en Foro saliendo concejal en Noreña en donde no hace mucho dimitió para dedicarse de lleno a la empresa familiar. Impulsó durante unos años la publicación en asturiano de "Les Noticies", idioma por el que lucha por su cooficialidad por lo que, supongo, estará ahora contento con los vientos favorables que corren al respecto pese a que el presidente del Principado Javier Fernández acaba de tirar de las orejas a su consejero de Cultura Genaro Alonso a quien el próximo sábado como allerano que es se le va a atragantar Los Humanitarios de San Martín por haber apoyado en público la cooficialidad del asturiano lo que contra el programa oficial del PSOE para esta legislatura.
Ignaciu Iglesias nos habla de la necesidad de crear 70.000 puestos de trabajo, ahí es nada, en Asturias para superar la crisis. Como les suele ocurrir a políticos, sindicalistas y empresarios, cartas a los Reyes Magos que en una de estas no vendrán a la capital del Principado al desaparecer el uno de enero por imperativo legal la Sociedad Ovetense de Festejos. Es lo que le faltaba a Oviedo, quedarse sin la presencia de Melchor, Gaspar y Baltasar. Por supuesto de papa noel, ni se sabe ni contesta.
No se si será por el lío catalán, la butifarra cada día está más en el aire, o por qué, el caso es que tengo la sensación de que el consumo no acaba de remontar y el sector de servicios pasado el buen verano ha entrado de nuevo en "números rojos". Aquí mismo, en Oviedo, veo detalles preocupantes. El cierre, por ejemplo, del establecimiento "26 grados" en la calle del Rosal esquina El Fontan, otro establecimiento de productos asturianos situado enfrente, el restaurante "La Canteronas del centro", antiguo "Punto y Coma" en la calle Suárez de la Riva, el restaurante "Alea" frente a la parte trasera de la iglesia de San Juan, y también en Ribadesella, por jubilación de su dueño, Pepe, Casa Tista en donde durante años se sirvió de los mejores pescados del Cantábrico. Lo de "se vende" o "se alquila" continúa tan abundante como la bandera nacional en los balcones de nuestra ciudad y, claro, lo de Cataluña influirá pero para peor. Me comentaba el otro día el empresario avilesino <b que acaba de regresar de La Habana de asistir a la feria internacional de la industria en la que España tuvo seis stands pero el País Vasco también estuvo presente con uno independiente del de nuestro país, que es el suyo. Que al paso que vamos, o se pone orden en la España de las autonomías o no se muy bien donde terminaremos.
También me comentaba el diputado de Ciudadanos Nicanor García, que fue docente e inspector de enseñanza, que hay que echar freno a este desmadre nacional empezando porque el Estado recupere las competencias en Educación, pero a ver quien le pone el cascabel al gato. A todo esto, válgame Dios, hasta el histórico sindicato minero, el SOMA, se resiste a desaparecer absorbido por el del metal. Su secretario general, José Luis Alperi, amenaza no solo con no fusionarse con el Metal sino también irse incluso de la UGT. Está visto que los catalanes no son los únicos.