El tiempo nos mete en casa. Hacia un par de meses que no me quedaba por Oviedo un fin de semana. Ayer, sábado, me encuentro con el periodista Ávila en la céntrica cafetería de la calle Uría "El Rivoli" y quién mejor que él para ponerme al día de lo que pasa por la ciudad.
Luego, mi peregrinar me lleva a la zona de los vinos/cervezas a la calle Manuel Pedregal. Me encuentro con amigos que como yo, a falta de sol buscamos el refugio de los bares. Tarde de lectura, música y relax.
Este domingo, acudo a la misa de 11 en la iglesia de las Siervas de Jesús en la esquina entre Uría e Independencia. Debo aprovechar estos meses de verano, pues durante el resto del año el oficio religioso es único y a las 7,30 de la mañana.
Ahora, que esto escribo me pregunto por dónde estarán mis amigos mas intimos. Me imagino a Berto/Marta por el sur de Francia. A Marivi, con su ultimo "modelito" por alguna exótica playa. A Cristina Toral por Cadíz. a José/Belen quizás por el centro de Europa. A Emma y su hija por algún rincón de su "reino" de León. A Justo y su encantadora esposa Isabel por alguna zona con glamour y luego plasmarlo sobre algún lienzo. Gema y Aurea, mejorando el inglés. De los solteros de "oro" de Moreda de Aller, ni los menciono, no salen de debajo de la sombra del picu Moros. En fin, que todo el mundo a su bola y yo, por estos lares. Aún, me retiene el curro, quedaré liberado el día 15 de agosto. Me espera mi madre en la cabaña que tenemos en el "mayau" de los Collainos (Puerto de San Isidro) y espero pasar hasta que se muera el mes allí. Para los que aquí he nombrado, estaré encantado de veros físicamente, en mi corazón estáis todo el año.
Voy respirar aire puro, un poco de ejercicio para que me quede como un guante, el traje que me esta confeccionando Joaquin el "sastre" para la boda de mi amiga María con Javi para el día 21 de octubre que iremos hasta Avilés. Pero, antes acudiré a la presentación del libro de mi amigo Santos Nicolás Aparicio, el próximo 23 de agosto en el Montepío de la Minería (Felechosa).
Voy a dejarlo aquí. Ahora, voy ir a tomar unos vinos hasta Casa Lin, la embajada de Aller, en Oviedo. Mis raíces me tiran y mis amigos también.