Este verano vino con más que calor. Las altas temperaturas -nada tiene que ver el cambio climático que para algunos es una tontería- provocan alteraciones y consecuencias impredecibles. Las últimas encuesta políticas afirman que el Partido Popular -aún siendo el Partido más votado- pierde terreno con respecto al Partido Socialista Obrero Español que, desde que su renacido Secretario General, Pedro Sánchez, puso fin a la Gestora interminable, presidida por Javier Fernández, va levantando cabeza.
Pero el Partido Popular aún tiene un "as en la manga" que, a falta de regeneración y nuevas ideas, utilizará para contrarrestar este avance de la que ellos llaman "izquierda radical". El "as en la manga" al que me refiero no es, como se podría pensar, que el Presidente del Gobierno vaya a solicitar de "motu proprio" (para los no versados: voluntariamente) sendas comparecencias definitivas -tanto en el Congreso de los Diputados como ante los juzgados que dirimen los muchos casos de corrupción del PP- para decir por una vez la verdad de cuanto sabe y ampara de la contabilidad y la financiación irregular del Partido.
Nada más lejos de la realidad. El "as en la manga", con el que destacados miembros de la dirección Popular (como Rafael Hernando, Fernando Martínez Maílloo Pablo Casado) pretenden anular la ventaja estival de los socialistas, no es otro que -aprovechando su estancia en Galicia- realizar un nuevo posado de Mariano Rajoy, en cuclillas, en la piscina del río Umia. Hace dos años, en el verano de 2015, el posado de Rajoy en esas mismas aguas (meada aparte) tuvo unos resultados providenciales.
Desde entonces, para muchos altos cargos del Partido Popular, el río Umia es considerado como el Jordán español. Cosas de políticos contrastados... y muy creyentes.