Euforia en los medios de comunicación más fiables, objetivos e imparciales de España -"ABC", "La Razón" y "TV13" de la Conferencia Episcopal- que se derriten en elogios a la hora de analizar la comparecencia del Presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, ayer ante los tribunales de justicia, en calidad de testigo, en el llamado caso Gürtell. Rajoy, según ellos, estuvo impecable.
Lo mismo opinan las "manos sucias" (término copiado textualmente de Rafael Antonio Hernando Fraile, portavoz del Grupo Parlamentario en el Congreso de los Diputados por el PP) del Partido de la imposible regeneración. Todos quedaron muy a gusto: el próximo domingo una pequeña confesión antes de la misa de guardar y pecados olvidados.
Mariano Rajoy lleva 30 años viviendo de la política -magníficamente, sino ya lo hubiera dejado- y sin enterarse de nada de lo que ocurría y ocurre con los dineros del Partido que desde hace años preside y en el que históricamente viene ocupando los más importantes cargos.
Ayer confirmó que -sabiendo qué es un Tribunal de Cuentas, una prima de riesgo, una balanza de pagos, una inversión extranjera, una "Caja B", una donación, una comisión por adjudicación de obra pública, una "mordida", un Debe y un Haber, incluso sabiendo como se financiaba ilegalmente hace años el PSOE (solo hay que tirar de hemeroteca)- no tiene ni idea -porque, según el, siempre se dedicó a hacer política ¿...?- de como se llenaban las arcas del Partido Popular y con qué dineros se pagaban las fastuosas campañas electorales que el mismo dirigía.
Ayer -como se esperaba- otra tomadura de pelo a los "imbéciles" españoles. ¡Y Dios le va a perdonar!.