El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, deberá acudir en persona -y no por videoconferencia como él pretendía- a la sede se la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares para declarar como testigo en el juicio del llamado caso Gürtel.
Atrás quedarán los intentos -del propio Presidente del Gobierno y de la cúpula del Partido Popular de declarar por videoconferencia para evitar (circunstancia que la ciudadanía debería agradecer a el y a su Partido) los consiguientes gastos públicos debidos al despliegue de seguridad que supondría el traslado desde su residencia oficial en la Moncloa hasta San Fernando de Henares que dista 14 kilómetros del centro de la ciudad de Madrid.
La próxima semana, concretamente el día 26, Mariano Rajoy está obligado, como testigo, a decir la verdad o lo que es lo mismo: obligado a no mentir ante el tribunal.
No sabemos en qué acabará toda esta trama; pero diga lo que diga la sentencia judicial, cuando llegue el caso, para una inmensa mayoría de los españoles el asunto está presuntamente claro.
Después de haber oído el mes pasado testificar -ante el mismo tribunal que lo hará Mariano Rajoy- al "grupo de los intachables" (formado por Jaime Mayor Oreja, Rodrigo Rato, Francisco Alvarez-Cascos, Javier Arenas y Ángel Acebes) "cargando el muerto" de las investigadas cuentas del Partido Popular a Alvaro Lapuerta (el tesorero hoy incapacitado por su salud que precedió al hispano-suizo Luis Bárcenas) y negando la financiación ilegal del Partido ya que, todos al unísono, perdieron la memoria de todo lo concerniente a los dineros de aquellos tiempos de gloria y autenticas orgías de adjudicaciones de obra pública, la construcción de radiales sin sentido, las bodas en El Escorial, los bautizos, los sobres y los sobresueldos; después de haber oído -repito- aquellas bochornosas comparecencias de esos cinco católicos practicantes dudo que el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy -que siempre formó parte del intachable grupo- tenga la suficiente decencia personal y política para decir la verdad.
El silencio de los corderos del rebaño de Alvaro Lapuerta aporta más claridad al caso Gürtel que todas las comparecencias de todo el grupo de intachables altos cargos del Partido Popular incluido el propio Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
¿Cómo puede ser que la familia de Alvaro Lapuerta: sus hijos, sus nietos, sus hermanos, si es que los tiene, no abran la boca al escuchar las declaraciones inculpatorias de esta manada de intachables?
Se dice que quien calla otorga (...¿colaboración?). Por algo será que consientan y admitan, con vergonzosa estoicidad, que Alvaro Lapuerta, incapacitado, se convierta en el único responsable de las basuras del Partido Popular.
El próximo día 26, Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno y presidente del Partido Popular, citado como testigo en el caso Gürtel, está obligado a no mentir que, dicho de otra forma, es lo mismo que obligado a decir la verdad.
Otra cosa es que el tribunal se lo crea todo. Que... hasta puede suceder.