Recién retornado a Oviedo me encuentro con la noticia de que el próximo martes, a las 17,00 horas, la hora mágica en que José Tomás hace sus paseíllos, el presidente del Principado será recibido por el Rey Juan Carlos I en el palacio de la Zarzuela. Aunque no servirá de mucho espero que Francisco Alvarez-Cascos le cante a Su Majestad las cuarenta sobre la situación de nuestra comunidad autónoma, en mi opinión cada vez más lejos de esa “Made in Asturias” que propugna el jefe del Ejecutivo. Al día siguiente, saltándose el primero de los 3 turnos, Francisco Alvarez-Cascos iniciará la campaña pre electoral en Madrid con un desayuno organizado en el aristocrático hotel Ritz por Forum Económico. Como ocurría con Vicente Alvarez-Areces estarán todos y alguno más, no Esperanza Aguirre, no Alberto Ruiz Gallardón, no Rodrigo Rato, si algún espía de Gabino de Lorenzo y del Partido Popular y a lo mejor también irá a escuchar al jefe el presidente de Liberbank Manuel Menéndez buscando desesperadamente los 300 millones de euros que le faltan para cumplir con lo prometido al Banco de España, de ahí que se haya lanzado de cabeza a la revuelta piscina financiera para vender su más del 90 por ciento en Telecable y conseguir con la operación 100 millones. Asi pues, otra compañía asturiana que pasará a manos extranjeras ya que el principal candidato a adquirirla es un teleoperador inglés.

Poco a poco, en esto tiene razón el actual presidente del Principado, Asturias está perdiendo su identidad, siendo colonizadas poco a poco las empresas rentables. Se fue el Banco Herrero para Sabadell, la antigua ENSIDESA para Luxemburgo, Hidroeléctrica del Cantábrico para Portugal, la Caja para Madrid, el ALSA para Inglaterra… vamos, es igual que políticos en el poder o en la oposición quieran parar el éxodo que no es posible. Como ven, los centros de decisión se desplazan cada vez más lejos y ni siquiera tenemos una empresa pública importante sobre la que aplicar nuestro chauvinismo asturiano. Nuestras empresas están en manos de multinacionales pero, no nos engañemos, son empresas de medio pelo. Rezo, por tanto, a la Virgen de Covadonga para que el Grupo Masaveu no nos dé cualquier día un susto; con que nuestro deportista universal Fernando Alonso haya vuelto a fijar su domicilio fiscal en Asturias no es suficiente. ¿Como no me voy a acordar en estos momentos  de aquella operación que Cajastur tuvo en la mano, cuando el economista langreano Angel Fernández Noriega era su presidente, en la que por 25.000 millones de la antiguas pesetas la Caja pudo comprar el Banco Herrero. Los gurús de su partido, el PSOE, no tuvieron bemoles y se echaron para atrás, poco después llegaron los catalanes y, hala, todo para Sabadell. Aquí parece guiarnos lo de divide y perderemos y es que uno no se explica como a estas alturas existan todavía dos cajas rurales, la provincial y otra en Gijón. Digan lo que digan en FADE tenemos una falta de empresarios que urge remediar ¿Pero cómo?. Los más destacados en su mayoría han cruzado ya la frontera de los 80 años, o llevan camino de ello, y aunque es cierto que en algunos casos sus hijos intentan seguir con el carro -la empresa familiar es una asignatura pendiente, ¿Verdad Javier Llanos?, en esta región- creo, dicho sea con todos los respetos, que el nivel ha bajado.

Lo cierto es que a estas alturas Asturias no tiene definido, y miren que se ha hecho estudios, su campo de juego. Pienso que debe pasar por la industria pero no está claro. Menos mal que por el momento continúan siendo importantes las rentas de los pre jubilados y jubilados pero, como ya he escrito en un montón de ocasiones, esas rentas al final terminarán evaporándose, bien porque el beneficiario se va con ella a disfrutar el sol de Benidorm, bien porque por ley de vida pasa a disfrutar de las praderas de Manitú, o sea que para el año 20, fecha en la que habrá que jubilarse en este país a los 67 años, esas rentas Asturias las tendrá ya muy disminuidas. No se trata de ponerme pesimista pero así están las cosas.