Anoche, en el teatro de la Universidad Laboral de Gijón, más de mil personas asistimos al preestreno del magnífico largometraje sobre naturaleza titulado "Cantábrico". Asistí con mi hijo Pelayo que -se dio la casualidad- hace unos meses intentando rodar escenas del desove del salmón en el río Ponga coincidió con el director, Joaquín Gutierrez Acha, mientras grababa precisamente para el largometraje que hoy tuvimos la fortuna de contemplar.
"Cantábrico" contiene un pedazo de mar y un mucho de montañas, de naturaleza y del reino animal que en ella habita. "Cantábrico" es un privilegio para los sentidos en el que se pueden ver osos, lobos, urogallos, gatos monteses o salmones -por citar los más representativos- grabados espléndidamente en libertad en la cordillera, las tierras y los rios del norte peninsular. Un trabajo hermoso que todo el mundo con un poco de sensibilidad -muy especialmente en Asturias- tendría la obligación de ver.
Nos gustó todo el largometraje (el público aplaudió agradecidamente al final de la proyección), personalmente me llamó poderosamente la atención las impresionantes imágenes rodadas de un pájaro, el mirlo acuático, atravesando las cataratas y los torrentes.
