El presidente del Centro Asturiano de Málaga Florentino Martínez Roces me llama para comunicarme que, por fin, ha recibido carta del consejero de la Presidencia Florentino Alonso Piñón disculpándose por no poder asistir al Día de Asturias pero ofreciendo toda la colaboración futura necesaria. La carta lleva fecha del día 2 de septiembre, igual que una similar del director general de Interior y Emigración Salustiano García, ésta con fecha del día 7, o sea, que el correo le va más que lento al Principado porque ya me explicarán como una misiva tarda 17 días de Oviedo a Torremolinos… En fin, aunque sin presencia de representantes del Principado la colonia asturiana lo paso pipa en los actos del Día de Asturias, con reparto de bollu preñao y destacadas actuaciones folkóricas comenzando por la  banda de gaitas “Brisas de Asturias” que tiene el centro, la única que hay en toda Andalucía, compuesta, curiosamente, por jóvenes ninguno de ellos nacido en Asturias y dirigida por la voluntariosa Catrina Linares, cordobesa de padre andaluz y madre belga, que cuando era una cria escuchó un buen día la gaita asturiana quedando prendada de su sonido.

Esta fiesta asturiana me dió ocasión de saludar a destacados socios del centro asturiano comenzando por la vicepresidenta Rosana Sande, hija de aquel gran jugador argentino que tuvo el Real Oviedo y que luego se retiró en el Málaga quedándose a vivir en Torremolinos. Su esposa, la ovetense Teresa, es sobrina del mítico portero del Real Oviedo Oscar que luego entrenaría al Racing de Sama. Rosana no pierde contacto con su Asturias querida y en cuanto puede pasa temporadas en Oviedo “una ciudad a la que adoro”.

También saludé a Arturo Rodríguez, técnico informático del ayuntamiento de Málaga y destacado participe en los programas formativos que con el patrocinio de la ONU dicho ayuntamiento lleva a cabo en varios países emergentes. Arturo es de Salas, concejo del que siempre digo nacen catedráticos, tan listos son. Antonio Alvarez es un asturiano de Mieres y su padre fue íntimo amigo de Horacio Fernández Inguanzo “El paisano” en los dificiles tiempos de la dictadura. Fue director de Interlhorce y de Carbonell, recordando con cariño la figura de Jesús Sanz de Miera quien en sus tiempos como policía secreta en Oviedo -ni por la imaginación se le había pasado entonces crear la Central Lechera Asturiana- ayudó precisamente a su padre a salir de una situación políticamente delicada.

Ramón es un ingeniero que llegó a Asturias en 1956 para participar en la electrificación de la via ferroviaria del Pajares, emparentando con el maestro de periodistas y director de Región Ricardo Vazquez-Prada al casarse con una de sus hijas, y la excelente cocinera María Aurora Llera, de Avilés, mantiene bien alto el pabellón gastronómico regentando el restaurante del centro desde hace ya más de 7 años. El socio José Luis Sánchez González recibió la insignia de oro del centro y la niña Martina Alvarez Riesgo fue investida como Xanina 2011 por la Xana del pasado año Marta Bernal.

Son, en definitiva, unas 150 familias nucleadas en torno al Centro Asturiano de Málaga cuyo presidente me muestra el libro de firmas en el que hay algunas tan ilustres como las de Rafael Fernández, que lo inaugura, Sergio Marqués, Paulino Vicente, Manuel Vega-Arango, Alfredo Canteli, etc., y que con entusiasmo hacen buena patria en esta importante provincia andaluza. Florentino Martínez Roces que tiene clavada la espina de no haber sido recibido por el anterior presidente del Principado Vicente Alvarez Areces -llegó a estar citado de hoy para mañana pero en el último minuto, sin conocer la razon, la audiencia se anuló- por lo que espera que la espina no se repita, ¿Verdad, Florentino Alonso Piñón?, con el nuevo Ejecutivo que manda en Asturias. Los centros asturianos son embajadas oficiosas que hay que mimar y debe comenzar dando ejemplo el gobierno del Principado.