Unión Europea, ¡otro disparate!

 
Los líderes actuales de la Unión Europea preparan una declaración solemne para el 60 aniversario del Tratado de Roma “en el que pasan literalmente al ataque”, publicaba “El País” en primera página en su número del 9 de marzo. La justificación la sitúan en “el Brexit –el Reino Unido sale sin haber entrado- y la llegada de Trump a la Casa Blanca”. “Europa se declara “orgullosa de proteger sus valores y a su gente”… Y para ello, lo único que se le ocurre, en lugar de reponer la brújula ética que guió a los fundadores de Europa… en lugar de fortalecer una unión estrictamente monetaria con una unión social, política, cultural y económica… en lugar de procurar el urgente restablecimiento de un sistema multilateral eficiente, unas Naciones Unidas dotadas de los recursos humanos, técnicos y financieros que les permitan recomponer urgentemente los desperfectos producidos por los grupos plutocráticos (G7, G8, G20) con los que el tándem Reagan-Thatcher sustituyó a las Naciones Unidas en la década de los ochenta… en lugar de comunicar al mundo en el 60 aniversario que exigirían a todos los Estados miembros el cumplimiento de la excelente Carta de Derechos Fundamentales (2000)… y que no se permitiría el mínimo brote de racismo, fanatismo, prevalencia, xenofobia, raíces amargas de los conflictos del pasado… en lugar de procurar un nuevo concepto de seguridad, que incluía la puesta en marcha de una generosa ayuda al desarrollo (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y a los Acuerdos alcanzados en París en diciembre de 2015 sobre cambio climático, con el apremio necesario porque se trata de procesos potencialmente irreversibles que podrían afectar el legado intergeneracional… en lugar de situar a Europa en la vanguardia de la solidaridad y anticipación… sólo se les ocurre –“si quieres la paz prepara la guerra”- adquirir más armas y construir más muros… 
 
Es apremiante la movilización popular antes de que sea demasiado tarde. Ahora sí, ha llegado el momento de “Nosotros, los pueblos” que tan lúcidamente estable en su primer párrafo la Carta de las Naciones Unidas. Los pueblos, la gente, tomando en sus manos las riendas del destino común. 
 
Y, abandonando sus torres de marfil, la comunidad intelectual, científica y artística situándose decididamente en la vanguardia de la movilización presencial en el ciberespacio para los grandes clamores a los desafíos globales con decisiones que no pueden postergarse. 
 
Todos unidos. Ha llegado el momento de que la Unión Europea sea catalizadora de la unión mundial. Que, desde Europa, se difundan pautas de comportamiento colectivo que son exigibles por primera vez en la historia. 
 
Alcemos la voz, para la transición de la fuerza a la palabra. Delito de silencio.



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