Dos asturianos, más concretamente un asturiano y una asturiana, por diferentes motivos, están en el candelero social y en los medios de comunicación a nivel nacional. En pocas ocasiones -desde la batalla de Covadonga, cuando aquello de Pelayo- alguno de nuestros vecinos, de ésta provincia Paraíso Natural, ocupó tantas páginas en los periódicos y tantos espacios en los medios audiovisuales.

 

Javier Fernández, presidente de la interminable gestora del Partido Socialista Obrero Español, y Presidente del Principado de Asturias a tiempo parcial, se está haciendo un hueco en los diversos medios básicamente por el compadreo con el Partido Popular en el gobierno de la nación y por el gran trabajo que está realizando como gregario para lograr que su jefa de filas, la vizcondesa y presidenta andaluza Susana Díaz, consiga la Secretaría General del Partido Socialista por aclamación -que es lo que espera- o, por lo menos, con poca sino débil oposición una vez cerrado el golpe que derrocó al anterior secretario.

 

Por motivos completamente diferentes: por su dedicación a tiempo completo a las causas solidarias, por su empeño en la denuncia pacífica de las desigualdades impositivas provinciales e interprovinciales, por su lucha reivindicativa para que los asturianos sean considerados por sus dirigentes políticos como ciudadanos y no como soportes pasivos sobre los que montar sus chiringuitos corporativos; por estos y muchos otros motivos, sobre todo por la sencillez, la lucidez y el sentido común con el que expone sus pretensiones sociales, Clavelina García, una vecina de Pola de Siero, superados los ochenta años, se convirtió en la cara visible de las plataformas que piden igualdad para todos los españoles, en éste caso por el agravio comparativo en las herencias.

 

Cada uno a lo suyo; pero yo, desde luego, entre la labor de ciertos políticos y la labor de Clavelina me quedo siempre con Clavelina.