La serpiente de final de invierno es la de la posibilidad de que la firma Tesla instale una fábrica de coches en España y en concreto en Asturias. No estaría mal, desde luego, pero se me antoja muy difícil dado el poco peso que el Principado tiene en el concierto de las autonomías y en el gobierno central y que además nuestro elegante presidente Javier Fernández apenas tiene tiempo para recomponer a la familia socialista pasando, eso sí, con pasmosa facilidad del pantalón vaquero al chaqué alquilado, según sea el acto social al que deba de asistir.
Está claro que solo un proyecto industrial de empleo masivo podría sacar a nuestra región de la crisis, pero a estas alturas de la película se me antoja imposible que ello ocurra. Allá por la década de los 60 sonó fuerte la posibilidad de que la FORD instalase su primera fábrica de automóviles en España en la vega de Sariego pero al final terminó yéndose para Valencia. Dijeron las malas lenguas que cómo el presidente de los empresarios valencianos era hermano del gobernador civil de Asturias, José Manuel Mateu de Ros, pues había ganado la partida de la ubicación de la que hoy es una de las industrias más florecientes del Mediterráneo.
El polémico empresario Rodolfo Cachero, de quien el bancario José Antonio Viso me habla maravillas, ha logrado poner de nuevo en marcha su mina en el suroccidente asturiano. Me alegro porque son unos centenares de puestos de trabajo muy necesarios para la zona. Otro empresario del mismo apellido, Juan José Cachero, no son familia, está a punto de abrir una pequeña explotación minera en Lena. Creo que son 50 puestos de trabajo. Bienvenidos sean también. Pero el sector no da para más póngase como se ponga ACOM y compañía. Entre el CO2 y la competencia el carbón esta autóctono está finiquitado como combustible en nuestro país. La emblemática HUNOSA hace esfuerzos para no perder comba y se dispone, según mi espía preferida, la XP XIII, a patrocinar la Vuelta Ciclista a los Valles Mineros que lleva años sin celebrarse y que un dinámico hostelero Vicente está dispuesto a arriesgar con su organización. Por supuesto, los ayuntamientos ni un euro, que no hay donde rascar la grava que diría mi añorado Julio Alvarez "Don Mendo". La compañía que preside Teresa Mallada está a la espera de que su accionista único, la SEPI, de luz verde al fichaje de nuevos directivos entre los que figura el catedrático José Luis Viescas que ya ha dejado su puesto como subdirector del campus universitario de Mieres, pero la SEPI no dará luz verde hasta que no se aprueben los presupuestos generales y de momento Mariano Rajoy tiene difícil lograrlo.
Lo cierto es que el eje estable de nuestra región es Arcelor Mittal. Sus casi siete mil puestos de trabajo fijos son vitales para nuestra economía. Ellos y los 300.000 pensionistas y es que continúan cerrándose industrias, desguanzandose pesqueros, echando la portilla a explotaciones ganaderas y exportando jóvenes universitarios incapaces de encontrar futuro profesional es su tierra que es la nuestra. El Principado, de quien depende la universidad asturiana, estudia un nuevo contrato programa que garantice su situación económica. Fernando García Granda, el discreto rector, con mejores relaciones con el PSOE que su antecesor Vicente Gotor, busca un crédito puente a dicho contrato programa pero el Principado se resiste. A todo esto el proyecto de un área única para la zona central de Asturias que engloba concejos que suman 800.000 habitantes duerme de nuevo el sueño del olvido en algún cajón de la Administración después de que Javier Fernández hace un tiempo volviera a lanzar con entusiasmo la idea. Por si acaso el alcalde de Siero Angel García "Capi" señaliza bien los límites de su concejo con los otros nueve colindantes no a vaya a ser que crezca la incorrección de que el Cuartel de Pruvia pertenece a Noreña. Meter mano a los reinos municipales en esta región de 78 concejos con algunos como Yernes y Tameza que no llegan ni a los 200 habitantes, es muy problemático. Aunque todo se andará.