No me han caído en saco roto las declaraciones que el empresario Antonio Catalán, presidente del grupo de hoteles AC, hizo ayer en Oviedo adonde acudió a dar una conferencia en la Facultad de Económicas invitado por la UGT.
Este importante emprendedor que tiene hoteles en Asturias, como el AC Forum de Oviedo, no se cortó al manifestar que crudo lo tiene nuestra autonomía en cuanto a turismo se refiere mientras no entre en funcionamiento el AVE. La alta velocidad evidentemente está prevista para traer visitantes puesto que en cuanto al transporte de mercancías tal velocidad no es necesaria máxime cuando El Musel continúa si conectar con Nantes a través de una autopista del mar, maldita como tantas otras cosas en nuestra región, y que ya en 1983 propuso su puesta en marcha el que fue primer consejero de Industria del entonces presidente Pedro de Silva. Me refiero al recordado Jesús Fernández Valdés.
El grupo hotelero de Antonio Catalán ha decidido no invertir más en el Principado, renunciando a la construcción del hotel de cinco estrellas en la Universidad Laboral, frente a la sede de la Radio Televisión Autonómica, y eso que llevaban ya invertidos en el proyecto del orden de los tres millones de euros y que dan por perdidos. Ahora queda una obra ni siquiera a medio hacer con 84 habitaciones a las que habría de darles un destino. Pienso que a lo mejor con algo más de inversión este hotel de cinco estrellas non nato podría pasar a ser una residencia universitaria dada su excelente ubicación frente al campus gijonés.
El proyecto del nuevo hotel fue en su día vendido triunfalmente como humo de la mejor hoguera por el entonces presidente del Principado Vicente Alvarez Areces al que cierto grandonismo, especialmente gijonés, nos ha llevado a que los ciudadanos tengamos que cargar con varios muertos. Hoy ha saltado a los medios precisamente que la antigua dirección del Niemeyer tendrá que sentarse en el banquillo pidiéndose para el que fue gerente Natalio Grueso once años de cárcel. En una de estas volvemos a ver por estos lares de la villa del Adelantado de La Florida al actor Brad Pitt para declarar en el juzgado sobre las irregularidades de quienes le contrataron para estar unas horas en Asturias, incluida foto con Vicente Alvarez Areces.
Los símbolos de Asturias, con Covadonga a la cabeza, son la catedral en Oviedo, la Universidad Laboral en Gijón y el Niemeyer en Avilés. Este último parece actualmente funcionar bien bajo una nueva dirección más modesta y realista a cuyo frente se encuentra un joven técnico de Jerez de la Frontera. Por su parte la Laboral navega entre la desorientación y falta de medios de un gobierno autonómico que no sabe que hacer con ella comenzando por su centro de Cultura y Arte. Solo la programación de actuaciones en el teatro lleva ciudadanos a la misma. O sea, una especie de Teatro Jovellanos pero en las afueras. Y la catedral de Oviedo, bien, emblemática, con ese nuevo canónico José Ramón Garcés del que no me cabe duda inyectará savia nueva en el Cabildo. La capital del Principado pudo tener otro punto civil de referencia, el palacio de congresos diseñado por el polémico Calatrava pero no solo no está siendo aprovechado sino que su construcción al estilo de lo ocurrido con Villa Magdalena ha empantanado las finanzas municipales. A Oviedo le está salvando, la verdad, la polivalencia del auditorio Príncipe Felipe que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, esto es, para un concierto de música clásica como para un acto de apoyo a Cruz Roja. Hasta los partidos políticos se han aficionado a realizar en el mismo sus actos. Siempre tengo la sensación de que los ovetenses hemos sido injustos con el arquitecto que lo diseñó, el bueno Rafael Beca, quien entonces contra la opinión de muchos expertos tuvo la confianza del entonces alcalde Gabino de Lorenzo. En esto sí que estuvo acertado el antiguo ingeniero de ENSIDESA hoy delegado del Gobierno.