Hay eventos que parecen poco probables por su inverosimilitud, aunque terminan ocurriendo. Habiendo quedado acreditado, de manera total, el deseo de Donald Trump de construir un muro en la frontera que hay entre Estados Unidos y México, pueden analizarse varias cuestiones de vital importancia.
Donald Trump afirmó que la construcción del muro será financiada por México. La idea parece un poco alocada, aunque el presidente de Estados Unidos quiere que sea realidad. Para eso, va el dirigente a impulsar la creación de un arancel por el que los importadores de productos mexicanos van a tener que pagar por el acceso de sus mercancías al territorio estadounidense el 20% del valor de las mismas.
Algunos de los que terminarían viéndose afectados por la medida ya han indicado que, con la idea de Donald Trump, el muro lo acabarán pagando los consumidores de Estados Unidos, ya que el coste que suponga el arancel se repercutirá a los adquirentes finales. No hay que descartar que eso sea lo que quiere el presidente de los Estados Unidos.
El arancel propuesto incrementaría automáticamente el precio de los productos importados desde México, haciendo más competitivos los precios de compra de los bienes que han sido elaborados en Estados Unidos. De ese modo, Donald Trump cumpliría varios objetivos.
Los muros materiales pueden hacer mucho daño por la restricción en la circulación de personas. Sin embargo, los muros inmateriales de naturaleza económica impuestos mediante medidas proteccionistas pueden llegar a resultar mucho más lesivos. Además, no se puede descartar que se termine imponiendo un muro político para México con la correspondiente ruptura de relaciones gubernamentales con Estados Unidos por la iniciativa del Gobierno del país norteamericano.
Habrá que esperar para saber si se aplicará la medida deseada por Donald Trump. Es posible que, si se materializa la idea, no termine siendo tan beneficiosa como algunos esperan.