Las voluntades estratégicas de ocultar la infamia del caso “faisán”, arruinan la Ejecutiva del PSOE en Benavente (Zamora).

Parece mentira que ocurran estas rufianerías políticas de república bananera en un país como España que, aunque con heridas graves acaecidas de un tiempo a esta parte, considero, en términos futbolísticos, de primera división.

Después de las declaraciones realizadas por Alfredo Pérez Rubalcaba en una entrevista a Onda Cero, en la que decía cosas como “los que han perdido, han perdido” y expresando simplezas, siempre apoyando a esa réplica intelectual y actual ministro de Interior, como que Antonio Camacho “es conocido y es ministro”  frente a un Jesús Cuadrado que “sólo tiene años de experiencia en el Congreso de los Diputados” (lleva 11 años como parlamentario nacional y con anterioridad lo fue durante cinco en el parlamento regional de Castilla y León), dimite la Ejecutiva del PSOE en Benavente.

Según han indicado en una nota de prensa, no están de acuerdo con la "imposición" de Ferraz al nombrar a Antonio Camacho 'número uno' al Congreso de los Diputados "antes de haberse reunido las asambleas convocadas para elegir las candidaturas al Congreso y al Senado, así como con la confusión creada en el recuento de votos".

Recordemos que hace tan sólo un par de días, el secretario provincial del PSOE en Zamora, Carlos Hernández presentó su dimisión por sentirse "desautorizado por la Ejecutiva Federal y Regional" y posteriormente Jesús Cuadrado, que era diputado socialista por Zamora, por las medidas tomadas desde la sede central del PSOE.

Según datos aportados por Hernández, el actual ministro del Interior habría sumado 143 votos, frente a los 181 votos de Jesús Cuadrado, sin incluir los votos de cinco Agrupaciones que curiosamente no se pronunciaron a la hora de hacer público el número de votantes que participaron. El secretario provincial del PSOE añadió que "suponiendo que los 40 militantes de estas Agrupaciones hayan votado a Camacho, el ministro tendría 183 votos frente a los 181 de Cuadrado"

Con esta particular manera, muy demócrata (por eso de no hacer público el número de votantes), de elegir personalidades a dedo,  Antonio Camacho queda oficialmente como número 1 al Congreso y José Fernández al Senado.

No deja de ser inquietante a la par de insultante, que se tenga a bien dar un puesto de relevancia al señor Camacho por el simple hecho de haber sido ministro en la astronómica cifra de 4 meses y después de que un cruce de llamadas con el ex director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, procesado como uno de los presuntos autores del chivatazo a ETA, fuese metido en el “caso Faisán”. Da la sensación que hay que colocarlo a toda costa y pese a quien pese.

Santiago García Arroyo
Cuatroefe Marketing Consulting
http://cuatroefe-marketing-politica.blogspot.com/