Los Estados Unidos de América del Norte se están convirtiendo en un Parque Jurásico peliculero y deprimente con muro fronterizo incluído, muro que -al contrario de lo que ocurría en la novela de Michael Crichtan- es poyectado y construido por los "animales" y no por los humanos.
La ignorancia, la incultura, la pérdida de los valores humanos, una sociedad absurda y desorientada ha permitido que un país se ponga al servicio de los intereses corporativos y particulares de un grupo de tipos peligrosos (con mentes peligrosas) encabezados por un inclasificable personaje, descendiente de emigrantes europeos, llamado Donald Trump.
Es urgente que -si aún quedan en nuestro planeta países y gobernantes con la inteligencia, la responsabilidad social y el respeto por los derechos humanos- haya una respuesta conjunta a las ideas "ultra tóxicas y envenenadas" de estos personajes deleznables y de los grupos interesados que les siguen.