Un buen redactor jefe

Hoy he visto en "La Nueva España" la esquela de Alfonso Calviño Castañón, un periodista ovetense que a sus 76 años ha fallecido en Madrid tras una dilatada carrera profesional. Tuve el honor de tratarle aunque nunca llegamos a trabajar juntos. Alfonso Calviño fue director de "La Nueva España" al final de la década de los 70 y luego, desvinculado de la "Prensa y Radio del Movimiento", del diario "El Noroeste" en Gijón.

Casado con alemana y viudo desde hace años Alfonso Calviño en aquella época vivió la escuela de Emilio Romero en el diario "Pueblo" en donde desempeñó las tareas de redactor jefe siendo uno de los primeros en darse cuenta de la potencialidad de un plumilla que iniciaba sus primeros pasos, José María García, además de dar juego a una serie de reporteros de primera fila y que marcaron época como Yale, Tico Medina, Vicente Talón, Jesús Hermida, etc.

Mi trato con él pese a la diferencia de edad fue a través de un tío suyo, otro ilustre colega, Antonio Crovetto, toda una institución en la radio y la prensa de Oviedo, primero en Radio Asturias y luego en Región además gerenciar el local de moda en aquellos años, el "Ritmo Club", en la calle Caveda, propiedad de los dueños de Radio Asturias, Ramón Rato, padre del ex ministro, y la familia Toyos.

Crovetto, aunque granadino de nacimiento se casó con ovetense y siempre me estaba ponderando la labor profesional de su sobrino, Alfonso Calviño, cuyo padre fue director muchos años de la sucursal que la Caja de Ahorros de Asturias tenía en la Tenderina. Alfonso Calviño no solo fue la mano derecha de Emilio Romero en "Pueblo" sino también de otro destacado colega, Rodrigo Royo, polémico periodista que en aquellos años de los 70 fundó el diario SP, el primero que hubo en España en offset y color y que luego tuvo una edición importante en México en la que trabajó una temporada Alfonso Calviño.

Mi colega recién fallecido no fue nunca un escritor destacado pero si un excelente organizador de redacciones y talleres, o sea, el perfecto redactor jefe además de hacer gala de un carácter afable y servicial que lo ponía fácil a los periodistas que comenzaban su andadura bajo sus órdenes. En la época de director de "La Nueva España" recuerdo que dio mucho aire, incluso nombrándole redactor jefe, al periodista José Manuel Ponte, padre de la modelo Laura Ponte, que luego se fue para Galicia pero que hoy pese al paso de los años su firma como articulista vuelve a figurar en la páginas de "La Nueva".

En "El Noroeste" de Gijón, antigua cabecera republicana de antes de la guerra civil, y que un grupo de empresarios entre los que figuraba Claudio Fernández Junquera también recientemente fallecido sacaron de nuevo a raíz de la restauración democrática, tuvo como gerente del periódico al padre de Francisco Alvarez-Cascos. Tras la fallida operación del diario gijonés le perdí la pista aunque sabía que vivía en Madrid, en un piso del barrio conocido como "la ciudad de los periodistas". En todo caso tengo un muy buen recuerdo de él, como persona y como profesional, de ahí que lamente la noticia de su fallecimiento y así se lo hago llegar a su única hija.



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