- He intentado averiguar cuántas bibliotecas existen en el mundo, públicas y privadas. Una cifra aproximada, y después de buscar durante mucho tiempo este dato no lo he encontrado. Empiezo este artículo con ese dato y con esta manera de proyectar este microensayo. Creo que es importante señalar ya que estoy mostrando y demostrando que un articulista, también debe exponer sus carencias de conocimientos y de saber del autor, que por eso el artículo no pierde nada, y es una forma de valorar la cabeza y la experiencia del hipotético lector. Pero dicho lo anterior, me gustaría realizar unas reflexiones sobre la biblioteca, cómo debería ser, o qué elementos podría tener una biblioteca hoy, según mi modesto entender.
- Sin negar, por supuesto el saber especializado de bibliotecarios, al final, ahora es una carrera universitaria. Lo cual, nos lleva a pensar, que tendrán conocimientos, que yo, y la mayoría ignoramos, si creo que después de estar-ser, de alguna manera, en la biblioteca y desde la biblioteca durante toda mi existencia, quizás pueda indicar algunas notas:
- Empezaré por un dato curioso, es que parece ser que en Estados Unidos hay más bibliotecas públicas que McDonald´s. Dato que de ser verdad, demasiadas veces se ignora.
- Entiendo la biblioteca como lugar donde se conserva el saber, o al menos mucho saber. Y aquí en cierto modo entra en competencia con el museo. Pero las grandes bibliotecas en algunos aspectos entran en competencia con los museos y los archivos, centros documentales, fundaciones, etc.
No estoy de acuerdo con la teoría del “peinar o peinado” de las bibliotecas. O dicho de otro modo, que libros o revistas que no son consultadas se peinan. Es decir, sus ejemplares, se ponen en una cesta para que los viandantes puedan recogerlos de forma gratuita.
Es obvio y evidente que toda biblioteca tiene una cantidad limitada de depósito para conservar. Y es también real, que cada vez las bibliotecas conservan más elementos o clases de materiales, por lo cual, sus depósitos se quedan más reducidos…
Pero creo que antes de peinar un libro, deberían hacer una copia virtual, y seguir teniendo ese libro en copia virtual. Podrían buscar si en otra biblioteca existe dicha copia, y si no existe esa copia virtual, realizarla dicha biblioteca que va a peinar ese libro. Porque al final, creo en un principio, nunca sabemos exactamente lo que se valorará y el valor que tendrá un producto cultural dentro de cien años.
Porque si no, puede suceder, como así sucede, que al final, sobretodo la producción local o regional, donde está situada esa biblioteca se pierda. Incluso de materiales que es, según la ley, obligatorio conservar un ejemplar. En definitiva, puede suceder, que se pierda riqueza cultural para el futuro. Porque nadie sabe, si hoy, lo que no es valorado hoy, dentro de cien años, si podría serlo.
- A mi modo de ver, las bibliotecas actuales y las de un futuro a corto plazo de tiempo, tienen que conservar en sistemas informáticos y online multitud de materiales. Por un lado, cada biblioteca debe conservar, al menos, en formar virtual, todo lo que se produce en su ciudad o localidad. Porque en otros lados no se conservará.
En segundo lugar, conservar de forma virtual, al menos, todo tipos de materiales, no solo libros, folletos, discos, sino todo tipo de materiales que estén dentro del campo de lo intelectual, como carteles, fotografías, etc. Si a nivel material, no se puede conservar todo. Al menos, si se debe conservar a nivel informático y poderse consultar de forma virtual. Especialmente no solo lo general, sino lo específico que se produce en su localidad, provincia, región, comarca.
Tercero, a mi modo de ver, si todas y cada una de las bibliotecas tienen sus libros y otros materiales y documentos y obras, en parte, de forma material y física, en parte de forma virtual. Se produce una interrelación entre todas las bibliotecas del mundo, con todos los materiales posibles, todos los archivos del mundo con todos sus materiales escaneados, y todos los museos del mundo con toda su documentación y obras también enseñados de forma virtual, y evidentemente de forma física y material. Lo mismo todos los centros documentales, fundaciones, etc.
Si se producen los anteriores pasos, en todas y cada una de las bibliotecas. Y cada biblioteca está interrelacionada con el resto de bibliotecas, museos, archivos, centros documentales de todo tipo del mundo. Tendríamos la Biblioteca Mundial Universal Virtural y Material.
- Por consecuencia tendríamos desde nuestras casas, desde cada biblioteca acceso a todo material que exista en cualquier lugar del mundo, acceso a los 55.000 museos que existen en el mundo, y de forma virtual a todos sus materiales, documentos, etc. Acceso a los ciento treinta millones de libros, que según Google existen, ciento treinta millones de títulos diferentes, en todas las lenguas y alfabetos del mundo. Y a todas las bibliotecas del mundo con todos sus materiales, teniendo en cuenta, que cada una, conservaría una sección local, que en otro lugar, en otra biblioteca no tendrían y ora parte, diríamos general, que pueden existir en otras cientos de archivos o bibliotecas, etc.
El sueño de la Biblioteca Universal de Borges se haría realidad.
- Por último cada biblioteca local o de ciudad o comarcal conservaría el material, al menos online, de todas las personas que se dedican a actividades culturales de su comarca, ciudad, región. Especialmente para que la riqueza que se crea, sin excepción, siempre que sea legal y moral, no se pierda.
Es decir, si en una provincia existen cien o quinientos poetas, y estos han publicado algún libro, pero otros no. Si ellos quieren se podrían conservar una copia virtual que desde la página de la biblioteca de su ciudad o pueblo tendría acceso. Y así, autores desconocidos y conocidos podrían dejar su impronta para el futuro, su producción cultural. Siempre que estuviese registrada, aunque no estuviese publicada, o no toda su producción. En todos los géneros y actividades científicas o artísticas o literarias o teológicas o filosóficas o de cualquier saber.
De este modo en cada biblioteca se crearían centros documentales de las actividades de su comarca o región o provincia o localidad. Así se sabría si existen cien poetas en una provincia o quinientos. Sería una base esencial para el estudio, la divulgación, la investigación. Y una base para seleccionar ediciones por parte de editoriales, para recensiones para estudiosos, para críticos para realizar antologías, etc.
- Por otro lado, sigo pensando, que cuándo se pueda se conserve todo tipos de documentación cultural de forma material, porque aunque lo virtual puede ser muy interesante, si hubiese una catástrofe natural o humana, podría perderse de la noche a la mañana, en pocos minutos, cientos o miles de millones de la acumulación cultural de la historia del mundo. Para eso, siempre parece que conservar el ejemplar material y físico, da más posibilidades de futuro. Sin negar que exista una copia virtual…
- Para concluir, hoy estamos en disposición, para que cientos de miles de obras, de todo tipos de artes y actividades culturales y distintos saberes, de todo tipo de autores no se pierdan. Al menos una copia de esas obras, una copia de dibujos o pinturas o de literatura o de moda o de diseño o de cuestiones de física o de matemática o de economía, etc., esté en esos archivos documentales virtuales que cada biblioteca tenga de personas de su ciudad, comarca, región, provincia, etc.
Si esto se hiciese, y creo que se caminará en esa dirección, la acumulación cultural, daría un salto cualitativo, y por una vez, en la historia del mundo, habría posibilidad de que no se perdiese nada. Se conservasen para el futuro millones de obras, de todas las artes y actividades y de todos los saberes, al menos de forma virtual.
¡Cuanto tiempo ya ha pasado cuándo le dije a mi padre, que fuese conmigo para apuntarme en la biblioteca de mi pueblo-ciudad, que estaba debajo del edificio dónde tocaban la música la banda del pueblo…! ¡Cuánto tiempo ha pasado! ¡Mi pequeño homenaje a mis progenitores-padres!