No estoy en contra de los Reyes Magos, pero tampoco son santo de mi devoción. Para mantener la emoción de los niños les mentimos desde su más tierna infancia. Y después queremos que los que acaban dedicándose a la política no sean fieles a la tradición. A todos, niños y mayores, nos gustan los regalos y nos da igual que nos los traigan los Reyes o los padres. No creo que resultara traumático contar la verdad. Lo que se pierde en magia e ilusión se gana en realismo. Pero todos hemos pasado por ello y a buen seguro todos, también, hemos escrito nuestra carta a los Magos de Oriente. Por qué no repetirla ahora y confiar en que la distinta procedencia de los Reyes, Gaspar de Europa, Melchor de Asia y Baltasar de África, coadyuve a crear ese clima de entendimiento internacional que permita solucionar el terrorismo intercultural, principal problema al que se enfrenta la civilización occidental. Ahí van mis deseos:
- Que el programa de los partidos políticos se cumpla.
- Que los partidos políticos dejen de ser la mayor empresa de empleo familiar del país.
- Que Podemos se convierta en un partido españolista.
- Que Izquierda Unida recupere su personalidad.
- Que el PSOE se deje de frivolidades y se aparte de los independentistas.
- Que el PP rompa con el pasado y se renueve.
- Que Ciudadanos se aclare.
- Que el Gobierno se convenza de que los independentistas no son vegetarianos y que no les va la zanahoria, solo entienden el lenguaje de la ley.
- Que los independentistas reciban una dosis de sentido común.
- Que el Gobierno se convenza de que el problema no es «cuánto se recauda» sino «cómo se gasta».
- Que los políticos busquen el bien común.
- Que los políticos tengan dedicación exclusiva.
- Que se aplique la máxima «un cargo, un sueldo».
- Que ningún cargo ni empleo público cobre más que el Presidente del Gobierno.
- Que el cargo público que no cumpla con las sentencias sea inhabilitado a perpetuidad.
- Que se eliminen las subvenciones a los partidos políticos y a las organizaciones sindicales y empresariales.
- Que la máxima «hacienda somos todos», se cumpla y los políticos tributen por la totalidad de sus ingresos.
- Que los políticos se jubilen como el resto de los ciudadanos.
- Que el Tribunal de Cuentas deje de contar cuentos.
- Que el Tribunal Constitucional deje de ser un laboratorio de ideas.
- Que se elimine el Senado, actual refugio de políticos fracasados.
- Que IKEA incorpore a sus productos una caja de lexatín.
- Que el acceso a la carrera judicial se haga por oposición.
- Que se eliminen las puertas giratorias de los jueces.
- Que los jueces asuman responsabilidades por sus errores.
- Que los juzgados dejen de ser platós de televisión.
- Que se apoye incondicionalmente al mundo rural
- Que respetemos nuestra historia y nuestras tradiciones y que las parroquias rurales sean reconocidas institucional y presupuestariamente.
- Que Europa defienda a sus ciudadanos y garantice su seguridad.
- Que el problema de los refugiados se resuelva en sus países de origen.
- Que a los asturianos en general, a los lectores y anunciantes de este diario en particular y especialmente a su Director por poner a mi disposición este cauce de expresión, y a Rubén, mi interlocutor habitual, el año 2017 nos traiga salud, paz, felicidad, trabajo al que no lo tenga, amor y tranquilidad. Y que El Comercio supere su ranking de ventas, por supuesto.
¡FELIZ AÑO 2017!