Bueno, la actitud de los barones del PSOE da qué pensar. Después de tantas críticas a Pedro Sánchez agazapados a la sombra de la vizcondesa andaluza, todo el mundo habría pensado que, una vez derrocado el anterior Secretario General, las nuevas ideas, las nuevas propuestas para renovar y actualizar el socialismo español surgirían masivamente de los ilustres barones de Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana. Nada más lejos de la realidad. Pero, vamos: ¡que nada es nada!.
El discurso de Susana Díaz cada día es más cutre, no aporta ideas originales o dignas de mención y resulta cansino por recordar una y otra vez las supuestas aportaciones pasadas del socialismo a la vida pública de los españoles. Susana Díaz se está convirtiendo en la María Teresa Campos de la política y su programa político -si lo tiene- también podría llamarse ¡Qué tiempo tan feliz!.
Por otro lado, a la espera de acontecimientos, la gestora socialista que preside Javier Fernández está perdida y desorientada, siempre justificando lo injustificable y a rebufo de las decisiones y los pasos que de el Partido Popular.
¿Qué pasaría -viendo el vacío identitario de la izquierda española y sobre todo el desastre del Partido Socialista Obrero Español- si a Mariano Rajoy le diese por convocar, ya, nuevas elecciones generales?. ¿Qué le pasaría al Partido Socialista?