Recibe Javier Fernández -Presidente a tiempo compartido de la Comisión Gestora del PSOE y del Principado de Asturias- a Miquel Iceta para hablar de las relaciones PSOE/PSC y, casualidad, aparece por Madrid el mismo día la vizcondesa socialista, Susana Díaz.

Está visto que cuando hay un asunto importante por el medio a Javier Fernández ya no le quieren dejar solo los andaluces. Ya no basta con que Mario Jiménez -portavoz socialista en el Parlamento andaluz y testaferro de la vizcondesa en la Comisión Gestora- vigile de cerca los pasos de JavierFernández, si es preciso, en ocasiones como las de esta semana, ahí esta el AVE para que Susana Díaz se plante en Madrid en un periquete.

A mi esta Susana Díaz, y el papel altruista que desarrolla en el Partido Socialista Obrero Español, cada día se me parece más a Esperanza Aguirre y su gran labor como vigilante de las esencias ultra liberales del Partido Popular. Ambas dicen estar a las ordenes de las direcciones de sus respectivas formaciones, pero siempre cuando esas direcciones les otorguen un papel preponderante sobre los demás. De generosidad y de compañerismo nada de nada.

Javier Fernández acordó -pues así se lo ordenaron desde la Torre del Oro- con Miguel Iceta un tiempo de dos meses de reflexión para después abordar las relaciones a seguir entre el PSOE y el PSC.

Aunque no lo parezca, esos dos meses y algunos más si los considera convenientes es el tiempo que necesita Susana Díaz para saber si Mariano Rajoy  convoca elecciones anticipadas y si ella cuenta con los apoyos necesarios para lograr sus aspiraciones a la Secretaría General del Partido Socialísta.

La vizcondesa del PSOE al igual que la condesa consorte dentro del PP no dan puntada sin hilo. Aunque, y todo hay que decirlo: son vidas paralelas al servicio de los demás y sin un ápice de protagonismo interesado.