Todo el día pegado al celular y Mariano Rajoy me la vuelve a armar. No me llama para ser ministro. Ni a mí ni a ningún asturiano. Debe creer que nos basta con tener a Javier Fernández al frente de la gestora del PSOE. La jovencita diputada Adriana Lastra, cada día más nerviosa ante lo que se le avecina, reconoce que lleva semanas sin hablar con su jefe, el secretario de la FSA. De su mentora María Luisa Carcedo, ni sabe perdida como está en la bancada del Senado.
Esta mañana, supongo, el deteriorado José Angel Fernández Villa deberá presentarse en el Juzgado para ser evaluado por un neurólogo. Aunque supongo corresponde a una estrategia de sus abogados lo cierto es que verle en esas fotos del periódico entrando y saliendo del HUCA me producen angustia. Me consta que un psicoesteta caritativo como es de "la roja", Ramiro Fernández, se ha ofrecido para ir a su domicilio a arreglar el pelo, largo y enmarañado en estos momentos. Dando por sentada la presunción de inocencia y sin que en mi ánimo esté el perdonarle sus pecados financieros lo cierto es que me resulta patético ver a este Villa, el que durante tantos años más mandó en Asturias, que tantos favores hizo y que tantos amigos y correligionarios colocó. Ya se que Roma no paga a traidores pero pienso que el que en la familia socialista asturiana esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Con la caída del sector minero el SOMA, pese a tener un buen secretario general, José Manuel Alperi, apenas pinta algo en el concierto regional y muchos menos en el nacional. Lo cierto es que las emisiones de CO2 que salen de las chimeneas de las centrales térmicas que queman carbón son las que van a certificar la defunción de la minería asturiana. No me extraña que Victorino Alonso, más listo que un zorro plateado, comience a desmantelar sus explotaciones. Mientras HUNOSA, la decadente empresa pública, se entretiene en llevar turistas al pozo Sotón y continuar vendiendo lentejas en sus economatos. En Asturias hay unos 50 cargos de designación directa por el Gobierno central que esperan ahora a ver que va a ser de su futuro. Por lo visto, el más importante, el delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo, camino de los 74 tacos se va para casa, a jugar con los nietos, lo de los caballos y perros es ya historia, y en los mentideros conservadores se habla de la actual presidenta de HUNOSA Teresa Mallada como probable sucesora. La ingeniera allerana está en plena forma y con la moral por las nubes tras la remontada de su partido a nivel nacional.
El gobierno que ayer anunció Mariano Rajoy es en cierto modo continuista y compuesto por técnicos con curriculums espectaculares. Hay un independiente, el de Asuntos Exteriores Alfonso Dastis. A nuestro vecino el hasta ahora alcalde de Santander, el vasco de Iñigo la Serna, le ha tocado en suerte Fomento. A Miguel Angel Revilla casi le da un patatús al enterarse del nombramiento. ¿Será capaz de que finalicen las obras de la nueva variante ferroviaria de Pajares?. Quisiera decir lo contrario, pero lo pongo en duda. Mariano Rajoy aún está a tiempo de acordarse de la diputada cántabra y campeona olímpica Ruth Beitia para la secretaría de Estado del Deporte. Entonces sí que el histriónico Miguel Angel Revilla se lanzaría de cabeza, montera picona incluída, al Sella.
Me encanta ver al podemita Rubén Rosón tocar la gaita en la boda de un compañero en el ayuntamiento ovetense. Ni Antonio Masip ni Gabino de Lorenzo en su día fueron capaces de llegar a tanto. El psicoesteta Ramiro Fernández manda una carta al portavoz de l PP en el Congreso, el cursi de Rafael Hernando, indicándole muy amablemente que para mejorar su imagen debería cambiar de peinado, echando los pelos para atrás y cambiando la raya de lugar. También le dice que haga llegar al jefe, o sea a Mariano Rajoy, que cuide mejor su barba, poniéndole como ejemplo la de Felipe VI. Si Asturias tiene una Reina de España, Letizia Ortíz, está semana estará ya en los escaparates de las librerías "Urraca, reina de Asturias" escrita por María Teresa Alvarez. La candasina está cada vez en mejor forma y ello me alegra mucho, colega.