Desde ayer Mariano Rajoy es oficialmente nuevo Presidente del Gobierno en España, gracias fundamentalmente al apoyo de Ciudadanos (cuña de la misma madera) y del Partido Socialista Obrero Español (barco a la deriva después de sufrir un motín abordo con el fin de defenestrar al capitán/secretario general).
Que Mariano Rajoy -líder del Partido Popular que gobernó con mayoría absoluta hasta las elecciones generales de Diciembre de 2015 y desde entonces hasta ayer Presidente en funciones- haya logrado acceder nuevamente a la presidencia del Gobierno es un caso tan insólito como único y que sería imposible en otro cualesquiera de los países equiparables de nuestro entorno occidental.
Un caso que solo se puede dar en un país con un escaso bagaje democrático y con unos pésimos políticos bien anclados en el pensamiento ultra religioso "católico, apostólico y romano" o bien dedicados a la autocomplacencia aunque sea mediante el cainismo más despreciable.
Los españoles no pueden sentirse satisfechos de que se perpetúen las mismas personas ni las mismas políticas que emponzoñan y desigualan el país en los últimos años. Todo va a seguir igual.
Tan igual que Mariano Rajoy después de más de trescientos días reclamando la presidencia , con ella en la mano desde ayer -gracias al PSOE y a Ciudadanos- aún no tiene claro quienes le acompañarán en el ejecutivo.
Dicen en el PP y sus acólitos que Mariano maneja bien los tiempos.