El PSOE se encuentra en una situación desesperada tras los acontecimientos que se han ido sucediendo durante las semanas anteriores. La crisis interna que ha azotado la formación y la presión mediática que puede sufrir por su papel en la posible investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno han debilitado la contundencia de un partido cuya decadencia comenzó hace más de cinco años.
La actual coyuntura política ha complicado mucho la libertad de actuación del PSOE. Tienen varias opciones, pero todas parecen caracterizarse por conllevar peligrosos efectos para la supervivencia de la formación, que está en la cuerda floja.
Es cierto que los diputados del PSOE podrían abstenerse en la votación de investidura de Mariano Rajoy, pero esa conducta provocaría la automática ruptura de los pactos que el partido tiene con Podemos para controlar varias Comunidades Autónomas. También podría mantenerse la negativa a un Gobierno estatal presidido por el actual líder del PP, pero la consecuencia principal de la materialización de esta postura, mantenida durante mucho tiempo por Pedro Sánchez, sería la convocatoria de nuevas elecciones generales por el artículo 99 de la Constitución Española, que, probablemente, producirían una contundente disminución de la representación parlamentaria del PSOE, con todo lo que ello implica en relación con los ingresos públicos obtenidos por los grupos parlamentarios y la reducción de la influencia en los poderes públicos.
El partido político que, durante décadas, controló la izquierda ideológica española, está en una encrucijada, en la que ha influido de una forma determinante la aparición de Podemos y de otros partidos que han conseguido arrastrar a votantes del PSOE a otras formaciones o a la abstención. La misma se podría representar como una ruleta rusa con dos balas, en las que las posibilidades de salir vivo que tiene el PSOE son más escasas que abundantes.
La vía para escapar que tienen los dirigentes socialistas puede estar en una abstención negociada, para favorecer a Mariano Rajoy, en la que puedan aparentar haber conseguido más beneficios políticos que perjuicios. Sin embargo, la cuenta atrás del artículo 99 de la Constitución Española está en marcha y el tiempo se está agotando para formar un nuevo Gobierno y para el PSOE.