Entramos en septiembre y España continúa con presidente y gobierno en funciones. Mariano Rajoy ha dejado en China a los líderes mundiales con la boca abierta explicando su receta de mejora de la economía mientras la jefa alemana Merkel perdía por vez primera en un Lander unas elecciones superada por un partido de ultraderecha.
Putin y Obama continúan sin ponerse de acuerdo sobre Siria y su guerra mientras los niños, entre otros, mueren en el olvido y aquí estamos próximos a iniciar un año más las fiestas de San Mateo. Eso sí, sin barracas, con el escenario en la plaza de la catedral sin resolver y los jabalíes paseándose por los alrededores. Menos mal que el concejal de seguridad ciudadana Ricardo Fernández, del PSOE, que es de lo mejor de la corporación actual, prohíbe darles de comer o hacerles fotos. En total, ayudadas por el magnífico tiempo que hace, las terrazas sobre las que el ayuntamiento parece haber relajado algo la vigilancia se llenan, Oviedo va camino de convertirse en una ciudad exótica.
Como me temía la paralización de la Administración central por culpa de la interinidad del gobierno comienza a afectar al funcionamiento de las autonomías. El portavoz de Izquierda Unida en la Junta, el doctor Gaspar Llamazares, no se corta un pelo de su canosa barba y pide la creación de un banco público regional dándose cuenta de que en los últimos años, a la chita callando, nos han levantado la centenaria Caja de Ahorros a mayor gloria de Manuel Menéndez. Asturias necesita presupuestos para el 2017 pero los primeros síntomas de negociación entre los distintos grupos parlamentarios son preocupantes, especialmente entre el PSOE y Podemos. A Emilio León le encuentro con menos pelo y a Fernando Lastra más moreno. Nicanor García, el de Ciudadanos, está tranquilo, lo mismo que la presidenta de Foro, Cristina Coto, partido nacido en la práctica del PP pero ahora su más fiel defensor, camino, en definitiva, en las próximas autonómicas de volver al redil conservador del que Francisco Alvarez-Cascos no debió nunca salir.
Por lo menos, gracias al único diputado que tiene Foro en el Congreso, Isidro Martínez Oblanca, una especie de John Wayne en bable, dejó en sus dos intervenciones sentir la preocupación de los asturianos por la falta de solución de nuestros problemas endémicos, echando, eso sí, la culpa a los socialistas y elogiando por el contrario al candidato Mariano Rajoy que lo cierto es que tiene muy poca consideración con este pequeño partido asturiano pese a los esfuerzos de Mercedes Fernández ante la deriva de los acontecimientos a nivel nacional. La verdad es que tanta interinidad del gobierno central hace que su delegado en el Principado, Gabino de Lorenzo, posponga de momento su jubilación. Aguantará en el cargo tanto como el ministro Jorge Fernández que en tiempos de la UCD ocupó su mismo cargo en nuestra región.
El buen tiempo y la recuperación económica está provocando un fortalecimiento del sector de servicios en Asturias pero, ojo, puede ser flor de un día si no contenemos los precios, mejoramos la atención al cliente y, por tanto, fomentamos la formación profesional. La Universidad está a punto de iniciar un nuevo curso y el cambio de equipo de gobierno aún no se ha notado como la izquierda asturiana creía. ¿Continuará siendo una fábrica de parados o de emigrantes cualificados?. De momento los parámetros sociales del Principado no cambian. La minería, como tantas veces he escrito, está dando sus últimos coletazos y sin sindicatos potentes la caída coge cada día más velocidad por mucho que en Madrid el somático Víctor Fernández, otrora lugarteniente de José Angel Fernández Villa, luche contra ello. Los empresarios privados, comenzando por Victorino Alonso, están echando el cierre en el suroccidente y la empresa pública HUNOSA intenta a base de juegos florales lavar la imagen y mantener cierta actividad lúdica que extraer carbón hace muchos años que no es rentable y por eso la Unión Europea quiere echar el pestillo definitivo en el 2018. Aquí, en el occidente, lo que está en alza es la extracción de oro en manos de multinacionales y no precisamente por el tradicional método del bateo, que eso queda para el infatigable Manolo García Linares. ¿Cuándo decidirá el alcalde de Tineo desbloquear el expediente para nombrar a nuestro artista hijo predilecto del concejo?.
Asturias no acaba de encontrar el camino por donde tirar ante la falta, como el país, de dirigentes políticos con ideas claras y rentables. ¿Qué hemos hecho para merecer esta situación?. Sin duda equivocarnos de la papeleta a la hora de meterla en la urna el día de las elecciones. Autonómicas y generales.