No pasa nada...peor

Resulta que, cuando los españoles fuimos convocados a las elecciones generales del pasado mes de Diciembre, tres de las cuatro formaciones políticas con más posibilidades de captación de votos: Partido Socialista Obrero Español, Ciudadanos y Podemos, basaron una buena parte de sus campañas electorales en propuestas de cambio debido, sobre todo, a la nefasta situación social en la que la mayoría absoluta del Partido Popular, con Mariano Rajoy a la cabeza, había llevado a la nación en solo cuatro años de gobierno; a lo que habría que añadir los cientos de casos de corrupción en los que están inmersos tanto destacados dirigentes del propio partido, comunidades y ayuntamientos en los que gobernaba o gobierna e incluso la gestión y la financiación de la misma cúpula de la formación conservadora.
En la repetición de la elecciones del mes de Junio, últimas hasta el momento al no haber conseguido formar gobierno, volvieron a esgrimirse las mismas consignas durante la campaña electoral. Mariano Rajoy y su círculo de afines interesados -relacionados por activa o por pasiva con cientos de casos de corrupción- por decencia democrática no puede seguir gobernando. Con todo, el Partido Popular, con un voto sin fisuras de la derecha ortodoxa y la ultra ortodoxa española, logró aumentar el número de escaños, pero aún así sin posibilidad, nuevamente, de concitar apoyos suficientes para formar gobierno. Ahí, otra vez, estamos trabados.
Va pasando el tiempo y el desasosiego de Mariano Rajoy y los suyos va en aumento. Empecinados y enrocados en su particular versión de los resultados electorales y en su particular versión patriótica (nosotros o el apocalipsis), sin mover un dedo pretenden que sus contrincantes les aúpen nuevamente al poder.
Podemos y Cia. lo tienen claro. Ciudadanos y sus propósitos de regeneración política se están balanceando en sus propias ideas que, a la vista está, con el discurrir de los días cada vez son más confusas. Y finalmente está el Partido Socialista, difícil papeleta tiene Pedro Sánchez y espero que sepa, él y sus más directos colaboradores, aguantar la presión y mantenerse fiel a su discurso electoral..
Una presión comprensible desde el desquiciado Partido Popular -arropado por el lobby de grandes empresas agrupadas tanto en la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) como en el Círculo de Empresarios y arropado, así mismo, por el grupo de medios de comunicación tan subordinados e interesados como poco objetivos-, y una presión incomprensible desde algunos estamentos del propio Partido Socialista, de algunos de sus destacados dirigentes actuales y de la vieja guardia encabezada por el regenerado, eléctrico y cartógrafo del Sudan, Felipe González.
Con los mimbres anteriores, está claro que si España quiere regeneración, y limpieza política, esta llegará cuando Mariano Rajoy de un paso atrás o como mínimo a un lado. Y también está claro que, vistos cuántos son incapaces de mantenerse fieles a la dirección del partido y cuántos opinan y tienen iniciativas dentro de la organización interna, al PSOE le van a sobrar candidatos -de valía ignota- a la Secretaria General en el próximo congreso federal. 

¡Aguanta, Pedro!. Son preferibles unas terceras elecciones a ser avalista y consentidor de una corrupción sistémica y generalizada.



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