Administraciones insaciables

Entramos en otra semana decisiva en un país que políticamente lleva ya meses a la deriva. A partir de mañana el jefe del Estado Felipe VI volverá a recibir en su despacho a los líderes políticos para ver a quien designa para intentar formar gobierno.

En estos momentos la situación continúa sin aclararse hasta el punto que de nuevo comienza a hablarse de las terceras elecciones generales. Eso sí, todos, incluidos los afectados, no paran de decir que hay que llegar a acuerdos y formar un nuevo gobierno cuanto antes. Está claro que les crece la nariz como a Pinocho.

Lo curioso es que como en su día pasó en Italia y en Bélgica nuestro país continúa funcionando y el crecimiento de nuestra economía se acerca al 3 por ciento pero, claro, ello no es razón para exculpar la inoperancia de nuestros dirigentes políticos a quienes su personalismo nos puede llevar a la catástrofe. Y es que si se fijan ningún partido de los que están en el Congreso se acuerdan de las necesidades del ciudadano de a pié y que pasa desde la creación de empleo hasta el futuro de las pensiones. Casi nada.

Solo Mariano Rajoy y Albert Rivera, nacionalistas aparte, dan la impresión de moverse en estos momentos en busca de soluciones. Al del PSOE, Pedro Sánchez, el gato continúa sin devolverle la lengua y el líder de Podemos ha bajado bastante su protagonismo preocupado como ésta por la contestación interna. De Izquierda Unida, ni hablamos. Como me temía su unión de hecho con Podemos está terminando con ella y con un Alberto Garzón cada vez más quemado en el volcán podemita.

En cuanto a Asturias Javier Fernández comienza a dar muestras de nerviosismo ante la necesidad de preparar y aprobar nuevos presupuestos, que con la prórroga de los actuales ya tuvimos bastante. Claro que en esta ocasión no solo tendrá que negociar con la blanda oposición de PP/Foro sino también con la dura de Podemos.

A Emilio León y Daniel Ripa, por citar, no les cae bien el presidente del Principado y menos sus ayudantes como Jesús Gutiérrez y en particular Fernando Lastra. La inversión en el Principado está prácticamente paralizada y el eje de gobiernos Asturias/Madrid lleva tiempo roto. Como remate termina el caso de corrupción "Renedo", toda una vergenza para la etapa de Vicente Alvarez Areces, y del que por fortuna para la imagen de nuestra autonomía apenas ha trascendido allende Pajares.

Del desdoblamiento de la "y", de la finalización de la nueva variante ferroviaria, de la puesta en funcionamiento de la regasificadora de El Musel o de la recuperación del FEVE, por citar, nadie se acuerda salvo el ciudadano de a pié. Javier Fernández tiene ahora que negociar en el difícil parlamento que preside su colega Pedro Sanjurjo, el más elegante de nuestros políticos, la reforma fiscal. No se equivoquen, queridos amigos, habrá que rascarse más el bolsillo que nuestras Administraciones son insaciables.



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