Un emprendedor infatigable

Ahora que ya como un intento desesperado el gobierno del Principado, la patronal y los sindicatos intentan evitar el cierre de minas y que las eléctricas compren la hulla o la antracita nacionales no debemos de olvidarnos de un emprendedor incansable que a lo largo de los años ha contribuido decisivamente a la extracción de carbón de HUNOSA y de otras empresas del suroccidente asturiano y de León.

Me refiero al empresario Amalio García Martínez, presidente del grupo Carbomec Emcor, que a sus 93 años no para en su actividad emprendedora de importantes obras en varios países. Me viene esto a la memoria porque este hijo y nieto de mineros lejos de haberse jubilado y tirado la toalla en base a una jubilación dorada sigue a pie de obra creando empleo y riqueza en un sector, el minero, de muy difícil futuro.

Si el carbón va a menos en nuestra tierra, el oro va a más, y ahí tenemos a esa multinacional que a través al firma Orovalle mantiene una importante mina en Belmonte de Miranda con 500 puestos de trabajo directos. Pues bien, Orovalle ha decidido reactivar otra explotación de oro en Asturias, la de Carlés en Salas que lleva una temporada paralizada fichando precisamente al grupo Carbomec para que se encargue de su reactivación y explotación. Para Salas resulta muy positivo esta industria que creará, sin duda, más de un centenar de puestos de trabajo directos y el doble indirectos.

Que la empresa de Amalio García se haga cargo de la explotación como subcontrata de la misma es toda una garantía y vuelvo a descubrirme ante la capacidad empresarial de este asturiano nacido en Sotrondio y que es el empresario más veterano de FADE quien ya le rindió homenaje el pasado año. Amalio García tiene 93 años pero cuando apenas había cumplido los veinte ya creó su primera empresa e importó de Gran Bretaña las primeras mecanizaciones para la minería asturiana. Su abuelo había bajado a un pozo casi un siglo antes y su padre, ingeniero de "Carbones de la Nueva", le había hecho niño huérfano en uno de tantos accidentes.

Si a nuestros políticos se les llena la boca con la necesidad de crear empleo no deben de olvidar, y la verdad es que lo hacen, que la figura del empresario grande o pequeño es la clave del desarrollo de nuestra sociedad, de ahí que muchas veces estos se sientan abandonados por las distintas Administraciones, incluso en algunos casos perseguidos. Creo, por tanto, que el gobierno de Javier Fernández, quien dentro de unos días anunciará a quien concede este años, el día de Asturias, las medallas del Principado, debiera de tener en cuenta la figura de Amalio García como ejemplo de asturiano emprendedor infatigable y representante de una raza empresarial de la que Asturias debe de sentirse orgullosa. Que así sea.



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