Un campo de alcachofas

A mi, viendo este campo de alcachofas, realmente me emociona", es la frase más lapidaria pronunciada, en una campaña electoral, por un aspirante a la presidencia del Gobierno que quiere transmitir a los ciudadanos la seguridad de que su voto aportará a la joven democracia española además de las vitaminas C, B1 y B3, minerales como el calcio, el potasio, el sodio y el fósforo y, sobre todo, que el suyo será un voto extremadamente diurético que les permitirá mear, sin problemas de atascos, sobre corruptos, ladrones, evasores fiscales, políticos mentirosos y otras tribus de ejemplares indeseables que con su innominable apetito de riqueza provocan las desigualdades sociales.
Al personaje que propuso como ejemplos de buen gobierno a decenas de políticos de su Partido ahora imputados en multitud de causas judiciales, al que recibió "supuestamente" los famosos sobres con dinero "B", al que consintió "supuestamente" la financiación ilegal de su formación, al que permitió la destrucción de pruebas en la sede social con el fin de eludir la justicia; en definitiva, al personaje que promete para luego incumplir, al más fiel seguidor de los mandatos neo liberales de la "troika", a Mariano Rajoy -Presidente del Gobierno en funciones y, con todo lo dicho y más, aún aspirante a la presidencia en las próximas y repetidas elecciones generales-, realmente le emociona ver un campo de alcachofas.
Como podría decir que hasta le emociona un campo recién sembrado de patatas fritas.



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