Intuyo que los socialistas, puestos a elegir entre un Gobierno de Rajoy –una posibilidad no descartable– y uno frentepopulista, elegirán hacer presidente a Iglesias. Tienen demasiado cerca el ejemplo de un Pasok reducido a cenizas tras haber apoyado a los conservadores griegos. Encontrarían la forma de justificarse. Dirían que gracias a su apoyo los de Podemos se tendrán que mantener dentro de los márgenes del sistema y venderían su participación en el Gobierno como un ejercicio de sensatez.
Nada más lejos de la realidad. Entregar el Gobierno de España a los enemigos de España supone una amenaza clara para nuestras libertades y para nuestra unidad. Los autoproclamados leninistas amables tendrían a su servicio la Fiscalía, las fuerzas de orden público, el Ejército y los servicios secretos. Nuestro Estado de Derecho estaría en grave peligro.
En el partido convertido en inútil por Rajoy lo saben. Y por eso pretenden que todos los españoles de orden se tapen la nariz y elijan de forma irracional, presos del pánico, la papeleta de Rajoy. O sea, que respalden por tercera vez el papelón inútil de Rajoy. Y se frotan las manos ante una campaña que pretenden convertir en cosa de dos. O ellos o el caos. Desde Godoy, nadie ha aspirado a gobernar nuestra Patria de una manera más ruin.
Ocultan los jerarcas del PP que son ellos los responsables del auge de los bolivarianos. "Toda la culpa del auge de Podemos es del PP", ha dicho Esperanza Aguirre. La corrupción que se ha apoderado de la dirigencia del partido desde hace años ha generado la indignación ciudadana que los comunistas han convertido en votos.
Ha sido la desvergüenza de unos dirigentes que, a la vez que exigían sacrificios a los españoles, no renunciaban a uno solo de sus privilegios. Ha sido la insolidaridad de unos gobernantes que no han recortado el gasto político de una Administración elefantiásica mientras que por doquier se cerraban empresas y los trabajadores veían reducidos sus salarios. Ha sido la falta de empatía con una generación de españoles que, a pesar de ser la más preparada de nuestra historia, ve con desesperación la falta de oportunidades laborales y tiene que marcharse fuera de su país para ganarse honradamente la vida.
Pero, sobre todo, han sido los corruptos, los malditos corruptos, sin ideas y valores que defender, los verdaderos responsables del auge bolivariano. ¡Malditos corruptos y malditos traidores!
Y ahora pretenden que los españoles de bien les voten. Alimentan un perro rabioso, y nos dicen que ellos nos pueden proteger si les votamos. Si no... soltarán la correa y, quién sabe, quizá nos muerda. La mafia siciliana no tiene un comportamiento peor cuando ofrece protección –cobrada– a los comerciantes a cambio de no reventarles el negocio.
Pero votar al PP, a este PP de corruptos y de nihilistas, no va a frenar a Podemos. Mientras los corruptos sigan en el poder, Podemos seguirá creciendo. Y tarde o temprano gobernará. Y con ello los españoles perderemos nuestra libertad y nuestra unidad. Por culpa de Rajoy, sí, de Rajoy.
Solo desde la honradez y la defensa del Estado de Derecho, solo desde el ejemplo y la vocación de servicio, del patriotismo y la vocación de unión de todos lo españoles, se podrá poner freno a la revolución que amenaza nuestro país.
El próximo día 26 no estás obligado a elegir entre corruptos o comunistas. Ni entre traidores o comunistas. Sólo eliges empequeñecer a España o hacer a España grande otra vez.