Hoy se cumple un año de las elecciones municipales y autonómicas y ni con unos ni con otros Asturias levanta cabeza. A nivel regional, prórroga de presupuestos. Quizás la idea más brillante del presidente Javier Fernández haya sido relanzar hace solo unos fechas el proyecto del gran área metropolitana de Asturias que englobaría a 27 concejos y cerca de 800.000 habitantes. Pero tras el anuncio parece que el proyecto se ha quedado estancado quizás por la situación pre electoral bis que estamos viviendo los españoles.
Mañana saldrán publicadas en el BOPA las listas de candidatos para las elecciones generales del 26 de junio. Salvo alguna pequeña novedad, la candidatura conjunta de Podemos, IU y Equo, que coloca al portavoz comunista Manuel Orviz en el número tres, o sea, con posibilidades de salir elegido a costa del puesto que Ramón García Cañal ocupa en la lista del PP, todo va a ser igual que en el pasado 20 de diciembre. Si se produce el sorpasso de Podemos al PSOE la gran sorpresa que se daría en Asturias es la de que el ex presidente del Principado Vicente Alvarez Areces no saldría senador. Y hay expertos que apuntan a ello.
Todas las encuestas dan como ganador al Partido Popular en la línea de lo ocurrido el 20 de diciembre. Claro que también puede ocurrir que quien no saque escaño sea el candidato de Ciudadanos, el abogado gijonés Ignacio Prendes, de quien se comenta que de haber un pacto PP/Ciudadanos Mariano Rajoy aceptaría que el caballero asturiano fuera el presidente del Congreso. Ciudadanos en nuestra región no anda muy fino que digamos con una ambigedad centrista que a la hora de la verdad lo mismo puede llevarles a un lado que al otro. Sin embargo, ya en plena pre campaña su líder Albert Rivera da un buen golpe de efecto yendo como un José Luis Rodríguez Zapatero cualquiera a Venezuela ofreciendo mediación y consuelo a la oposición al chavismo.
Está claro que hace un año nació el tripartito municipal en Oviedo al faltarle a la tradicional derecha un concejal para tener mayoría absoluta, bien del PP, bien de Ciudadanos. Cuando días después se celebró la constitución de la nueva corporación la líder de Somos Ana Taboada tuvo sobre la marcha el genial gesto de pese a tener más concejales que el PSOE y que IU ofrecer sus votos al candidato de la AMSO el veterano Wenceslao López a lo que sumó Roberto Sánchez Ramos y compañía. Aún estoy viendo la cara de sorpresa del bueno de Wenceslao y la de susto de Agustín Iglesias Caunedo que ya tenía el discurso preparado como nuevo alcalde.
El tripartito ovetense de momento ha sacado los presupuestos adelante que ahora se ven lastrados por la retasación de Villa Magdalena. Lógicamente aún están levantando alfombras y exhibición gestos de cierta revancha ideológica pero lo que se dice, meter la pata aún no lo han hecho, con intensa y plena dedicación de sus concejales punteros como el propio alcalde, la vice alcaldesa Ana Taboada, el encargado de la parte económica Rubén Rosón, o el de cultura "Rivi". Han salvado con buena nota la fiesta de la Ascensión y se disponen a encarar sus primeras fiestas de San Mateo en cuya organización el director técnico de la Sociedad Ovetense de Festejos Javier Batalla, un buen profesional, tiene mucho que decir. Quizás la parte más negativa es cómo están llevando a cabo el cierre de las instalaciones hípicas de "El Asturcón" o la municipalización del servicio de recaudación. Otros temas de peso, como el transporte público, los servicios de recogida de basuras, el agua, etc. sus contratos han sido de momento prorrogados para no tomar más decisiones polémicas a la ligera.
Claro que a Oviedo le queda pendiente sus grandes retos: el futuro del Calatrava, palacio de congresos al que el concejal de cultura Roberto Sánchez Ramos quiere dedicar a sala de cine, los terrenos de la antigua fábrica de armas en La Vega, propiedad del Ministerio de Defensa, ahora descabezado por la dimisión de José Manuel Soria, y el futuro de los terrenos en El Cristo del antiguo hospital, plaza de toros incluida. Tripartito y gobierno regional han firmado, ignorando a la Administración central, un tímido convenio de intenciones que por el momento se me antoja papel mojado. Eso sí, el puente de la Florida ya está abierto al tráfico y sin ni siquiera la presencia de la banda de gaitas.
