Hacía más de treinta años que no visitaba el Museo Marítimo de Asturias en Luanco; es más, no conocía su nueva ubicación. Imperdonable. Pero ayer, en un lluvioso día en el que la villa marinera no se parecía en nada a su esplendor veraniego, acudí al museo en cuestión en compañía de la directiva de Amigos de Cudillero que preside Juan Luis Alvarez del Busto y de algunos miembros del jurado de LAmuravela que este año concedimos la de oro a este museo que junto con el veterano Arturo Fernández y Cafés Toscaf de Pravia la recibirá en un multitudinario acto el próximo día 20 de julio.
El Museo Marítimo de Asturias, fundado en 1948, ya llovió, es el más antiguo de nuestra autonomía, tan aficionada a los museos cual actitud premonitoria de la crisis de muchos de nuestros sectores, caso del de la pesca. Este de Luanco depende del Principado a través de la Consejería de Cultura y del ayuntamiento de Gozón cuyo actual alcalde es el socialista Jorge Suárez García, de profesión capitán de la marina mercante, lo que le viene muy bien al museo.
El alma mater del mismo desde hace años es su director, José Ramón García, al que no solo Gozón sino el Principado entero debería de levantarle un monumento. Al menos es merecedor de una medalla de Asturias, tal es su extraordinaria labor en cuanto conservación y promoción del museo según pudimos comprobar ayer miembros del jurado como el doctor Adolfo Barthe Aza, el pintor Manuel García Linares o el periodista Evaristo Arce. José Ramón García, venciendo siempre a la soledad como corredor de fondo que es en su gestión museística, me comenta que éste es un museo que al no tener público propio, del entorno, le es muy difícil superar los 20.000 visitantes anuales, principalmente en verano, y fundamentalmente de colegios el resto del año. En sus tres plantas está presente la historia desde los artesanos palangraneros a hoy del sector pesquero de Asturias y del Cantábrico que hace ya bastantes años fue potente y tuvo más de cinco mil puestos de trabajo en nuestra comunidad pero que en la actualidad está en completa decadencia ante la indiferencia, como es habitual, de autoridades de las distintas administraciones.
El Museo Marítimo de Asturias en Luanco, el centro de cetáceos del CEPESMA en Luarca y la magnífica colección privada de temas marineros que Arsenio Fernández, Tito el de la RENFE, tiene en su cafetería de la estación en Avilés, son los tres puntos clave para conocer y contemplar la historia de este sector de Asturias tan duro y difícil para sus trabajadores como es, por ejemplo, la minería que también está muriendo con museo incluido.
Creo que el que hayamos concedido la Amuravela de oro al Museo Marítimo de Asturias es de justicia y de reconocimiento a su director José Ramón García y a su equipo de mantenimiento. Como a tantas otras cosas en nuestra tierra le falta promoción algo que debería de intentar corregir el gobierno de Javier Fernández. ¿Habr´ visitado ya el museo en cuestión uno de sus patronos, el consejero de Cultura Genaro Alonso?. Lo pongo en duda.
No quiero finalizar este comentario sin enviar un abrazo fraternal al ex alcalde de Morcín y presidente de honor de la Hermandad de Donantes del Principado de Asturias José Antonio Martínez Allende, Jama para los amigos, que desde el pasado domingo se recupera de un achuchón inesperado en el HUCA. Tras el susto inicial a causa de un ictus ya está en planta y con las facultades al cien por cien y es que los nabos hacen milagros. Me alegro, de verdad.
