Los analistas internacionales califican a España como el “enfermo” más grave de Europa, tal es el grado de desplome de la economía real y el deterioro de las finanzas públicas. El diagnóstico se basa en que junto a los     conocidos                     problemas originados por la crisis generalizada de los mercados ,que compartimos con otros países, tenemos el específico motivado por un modelo de Estado que se nos ha ido de las manos.

Ayer mismo el Secretario de Estado de Economía, Manual Campa, que junto con la Vicepresidenta Salgado está de “road show” para aplacar a los inversores y contarles la reforma constitucional fijando un techo de gasto, se despachó diciendo que el Ejecutivo: “no puede garantizar que se vaya a cumplir con el objetivo del déficit”.

Es penoso que haya que confesarlo, pero es la realidad que nos atenaza como consecuencia de que el Estado se ha quedado vacío de soberanía frente a la autonomía financiera de los parlamentos de las comunidades. Como dice Duran Lleida, un autogobierno sin autonomía financiera es pura caricatura política. Por eso la exige.

Los enfados del líder de CIU no obedecen a temas protocolarios, se enlazan con los continuados chantajes de los políticos catalanes independistas y dando un paso más, ha entrado en el irresponsable campo de las amenazas.”Habrá choque de trenes”,dice Duran Lleida .El portavoz de CIU, Jordi Turull ya adelantó una llamada a la insumisión fiscal y Artur Mas, en tono desafiante, anuncia que las relaciones entre Cataluña y España pueden llegar a un punto de no retorno.

Para aumentar la tensión y elevar el déficit de lealtad constitucional, el PNV pide el derecho de autodeterminación y partidos como IU, ERC, BNG, llaman a la movilización ciudadana con la ayuda de sindicatos e “indignados” para protestar contra la reforma .

Nuestro déficit de lealtad constitucional no tiene límites y periódicamente alcanza situaciones extremas, repitiendo capítulos que ya lamentaba Ortega.

Durante la corta duración de la I República, el 8 de Marzo de 1873, ya se proclamaba, por primera vez el “Estat Catalá”.La segunda ocasión surge el mismo 14 de Abril de1931 y se repite el 6 de Abril de1934, cuando Companys,Presidente de la Generalitat, declara el “Estat” al no aceptar las elecciones democráticas que dieron el triunfo a la derecha. Hay dudas sobre un posible cuarto intento, con referendo incluido.

En cuanto al PNV, sus políticos ya tiene acreditada una larga tradición de rabietas con el poder central .Durante la República,1931 y 1934, ya dieron el portazo y se fueron a casa y a lo largo de la Historia nunca firmaron las constituciones españolas.

Las dos últimas constituciones, la de 1931 y la de 1978, han tratado de contener los afanes secesionistas, traspasando competencias, sin exigir un mínimo de lealtad. No es hora de recapitular en busca de responsables de la situación actual,  sino de buscar soluciones y estas ,en alguna forma, tendrán que pasar por embridar a los independistas que han prosperado aprovechando la rivalidad entre PP y PSOE y confiar en que se imponga un sentido de responsabilidad, de modernidad y menos aldeanismo en partidos que ,finalmente, pudieran ser tachados de “tigres de papel”,con mucha voz y menos fuerza. Los problemas de este país son mucho más graves que los planteados por los secesionistas y compañeros de viaje.