La situación de inercia y estancamiento político que vivimos al no tener gobierno después de más de 100 días de celebrarse las elecciones lleva a que encuestas recientes digan que casi el 75% de los españoles creen que tendremos unas nuevas elecciones y que sólo un 20% las desea. ¿Qué pasará? Puede pasar de todo, pues en Política lo que hoy es blanco al día siguiente las circunstancias lo convierten en negro. La solución antes del 2 de mayo.
Después de lo que hemos visto y oído desde diciembre hasta ahora y más aún después del paseíllo del posible Presidente Sr. Sánchez por la Carrera de San Jerónimo ,circunspecto y con las manos en los bolsillos con su posible vicepresidente, el locuaz y dicharachero sr. Iglesias, - y ya que las dos personas que más se necesitan para afirmar su liderazgo, el Sr. Rajoy y el Sr. Sánchez ,no se huelen, se niegan a ayudarse, con lo bueno que sería para todos- no tengo ningún reparo en afirmar que quien les escribe es de ese casi 20% de españoles que desea unas nuevas elecciones, con el costo que esto supone – las anteriores costaron hacia 140 millones de euros- antes que entregar los destino de esta heroica e histórica nación a la ambición de poder irresponsable de quienes prefieren servir a las ideas antes que a las personas y más en una región como la nuestra cuyo principal cliente es el pueblo americano. Si ya pensaba esto, recientemente el problema se incrementa al saber que el déficit de las cuentas del Estado sobrepasa los 10.000 millones de euros y eso que nuestra economía ha experimentado un crecimiento anual superior al 3%. ¿Quién y cómo pagaremos el desfase? ¿Quiénes fueron los responsables del abuso?... Comunidades Autónomas, Seguridad Social…No estamos para bromas y menos para locuras y pensar que todo puede evitarse con un poco de humildad y mucha explicación, si no hubiéramos entrado en la espiral imprudentemente de las “guerras de la memoria”, y equiparado erróneamente 1930 y 2015.
No es la primera vez que desde esta columna pido una nueva ley electoral que impida que se logren ventajas electorales en los despachos, a espaldas de los votantes, pues soy de los ingenuos que cree y defiende que el sentir popular expresada en las urnas por vecinos de toda condición debe ser un mandato supremo , debe respetarse , y más cuando esas añagazas, acuerdos o pactos no se han anunciado en plena campaña electoral y más cuando ,por desgracia, en muchas ocasiones encubren intereses económicos vergonzantes - véase “el quiero ser concejal de Urbanismo” en algunos Ayuntamientos de España- que siempre después de un tiempo salen al exterior. En el año 2003 el PP de Siero con casi el 41% de los votos no pudo tener la Alcaldía.
Si no hay acuerdo, algo que parece difícil , estas nuevas elecciones serían o pueden ser esa segunda vuelta que buscaría solución al problema más grave que tenemos, que es la ausencia de un gobierno que busque la necesaria estabilidad que produzca el despegue económico que tanto necesitamos . No son tiempos fáciles y la desunión se paga y basta para ello fijarse en la atonía que sufre Europa y en los males que últimamente nos rondan, algunos de ellos de consecuencias muy trágicas, como lo ocurrido recientemente en Bruselas.
En los años 60, concretamente en 1.964, se hizo muy popular un programa televisión titulado “Una oportunidad”, donde se hicieron famosos personas como Blas Romero, “Platanito”, novillero tremendista que cosechó algunas tardes de gloria y fama en el mundo taurino. Recientemente, el gobierno actual, concretamente el 28 de julio de 2015, aprobó la llamada Ley de la Segunda Oportunidad, que buscaba que aquellas personas que han sido penalizadas duramente por la Crisis pudieran rehacer su vida e incluso encarar nuevos proyectos empresariales sin tener que arriesgar su patrimonio personal , ni condicionar su futuro familiar. Ahora, si no hay pacto , las circunstancias permitirán que los españoles ejerzan su certero voto en busca de un Gobierno que garantice el progreso y mejora de todos.
¡A la fuerza ahorcan! Y los que no querían reformar la Ley Electoral, protagonizan una segunda vuelta, algo más tardía.... ¡Que Dios reparta suerte! ¡Nos jugamos mucho!