Otra semana que se fue y España sin formar aún gobierno para cuatro años. Fin de semana intenso en el que Mariano Rajoy mantuvo la llama encendida de sus aspiraciones en Sevilla mientras en Madrid Podemos aceptaba por unanimidad ver como Pablo Iglesias se arremangaba las mangas y no dejaba resquicio a la mínima disensión.
Ha decidido que sus bases deban de aprobar el posible acuerdo con el PSOE con el visto bueno de Ciudadanos lo que se me antoja una dificultad añadida a la futura investidura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno. Los socialistas, estaba cantado, acordaron retrasar su congreso nacional. Curiosamente el único barón que faltó a la cita en Ferraz fue el presidente de Asturias Javier Fernández argumentando razones de agenda. Tampoco estuvo en el homenaje que la izquierda dio al veterano sindicalista Severino Arias al cumplir los 81 años ayer en Gijón.
Cada vez se nota más paralizada la administración. La autonómica prepara créditos extraordinarios con el consiguiente endeudamiento para combatir la asfixia de la prórroga de los presupuestos. Si en su momento, entre otros, dejamos que el sector pesquero se fuera al garete, ahora vamos camino de que los de la industria y la ganadería reciban la puntilla. En el primero es el carbón el que está entrando en agonía ante la falta de respuesta de Bruselas para que se permitan ayudas por lo menos hasta el 2018. HUNOSA con solo cuatro pozos, llegó a tener veintitantos, y apenas producción hullera va extinguiéndose ante la indiferencia regional pese a los esfuerzos de su presidenta, la popular Teresa Mallada, y su equipo directivo por vestir a la compañía con trajes diversificadores y hasta folclóricos. Las privadas en el occidente, camino del cierre, y en León ¿Para qué les voy a contar?. De pena. Los sindicatos y la patronal, por fin unidos, han lanzado un ultimátum al Ministerio de Industria con un Soria en funciones que parece ya pasar de todo. Hasta amenazan con una nueva marcha negra.
Ni unos ni otros son lo que eran y tampoco, lo digo sin segundas, hay un José Angel Fernández Villa, que acaudille las protestas. Precisamente me entero que ese buen periodista y cineasta que es Marcos Merino ha comenzado a preparar un nuevo documental sobre el patrimonio minero. Material tiene para más de un largometraje.
Otro sector que está en crisis permanente también ante la indiferencia de las distintas administraciones es el de la ganadería. El fin de las cuotas, la liberalización europea del mismo y el exceso de producción en nuestro continente hace que un día sí y otro también se cierren explotaciones. La Unión Europea se niega en redondo a regularizar el mismo; además, el comisario del ramo es irlandés, país que nos está haciendo la pascua con una producción de calidad que aumenta sin parar. Tanto la ministra, señorita Isabel García Tejerina como la consejera, la praviana María Jesús Alvarez, que son muy buenas neñas, están desbordadas por los acontecimientos. ¡Que razón tuvo, y tiene, el empresario Francisco Rodríguez cuando daba la voz de alerta sobre la crisis que se avecinaba sobre el campo asturiano!. Y menos mal que una de nuestras principales industrias transformadoras, la Central Lechera Asturiana, resiste pese a los muchos errores de gestión que tuvo que soportar por parte de sus ejecutivos.
Que no, que Asturias no puede basar su futuro en el turismo. La clave está en la industria y cada vez tenemos menos emprendedores, unos porque se jubilan y otros porque se están marchando a otras autonomías donde encuentran más facilidades para desarrollar sus proyectos, financiación incluida. Estamos quedando en manos de cuatro multinacionales por lo que, contra el dicho popular, Asturias está convirtiéndose en tierra conquistada. Una lástima.