Vuelvo a Granada

He vuelto a Granada. No lo hacía desde hace tantos años como tiene la canción deMiguel Ríos con el mismo título. Visité nuevamente la Alhambra -lo que queda de la Alhambra- que me volvió a fascinar como la primera vez. Si uno imagina cómo pudo haber sido originalmente la ciudad palacio andalusí a la fuerza tiene que repudiar, después de la conquista de Granada por los Reyes Católicos, las intervenciones en la ciudad de Francisco Jimenez de Cisneros, el cardenalCisneros, primado de España y tercer inquisidor de Castilla (persiguiendo a mudéjares y a moriscos), y posteriormente la ocupación de los edificios por gitanos y franceses (éstos en la época napoleónica) que contribuyeron al despojo y a la destrucción de la mayor parte de la ciudad monumental musulmana.
Después, en la vecina provincia de Málaga, de la mano de dos cicerones de lujo,Juan Noval y su esposa Meli, visitamos tanto la parte vieja de la capital como la remozada zona portuaria con su paseo marítimo y, también, la muy bella población de Ronda y la serranía que la rodea.
Andalucia, más allá de los tópicos, es sorprendente, y más aún si se tiene la suerte de ir acompañado, como en nuestro caso, por una pareja de guías -en esta ocasión formada curiosamente por un descendiente de Pelayo y por una guapa morisca- tan profesionales como amenos y entrañables. La herencia musulmana que aún atesora esa tierra, igual en paisaje que en paisanaje, es impresionante.
Juan Noval, que enfocó sus estudios y dedicó su vida laboral al turismo -en primer lugar en Asturias, en donde fue director de varios hoteles y agencias de viajes y llegó a ser Gerente de la Sociedad Regional de Turismo en tiempos de la presidencia de Pedro de Silva y siendo consejero Pedro Piñera; y en segundo lugar, y hasta hace pocos meses, dirigiendo y representando a una mayorista de viajes gallega desde Torremolinos- se asentó hace casi dos décadas en esa acogedora localidad de la Costa del Sol en donde, ahora, una vez jubilado y por humanista formación profesional -que no por deformación- se dedica, entre otros menesteres, a recorrer la Carihuela y sus aledaños a la caza del turista asturiano con el fin de prestarle sus altruistas servicios de orientación y asesoramiento. 
Un viaje corto, pero intenso, y que pudo ser aún mejor si en el estadio de la Rosaleda (la afición del Málaga estupenda) el arbitro no hubiera escamoteado un penalti al Sporting.  



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