Esto es la guerra

No hace muchas fechas el Papa Francisco dijo que estamos ya en la tercera guerra mundial, una guerra distinta a las anteriores por cuanto en principio se basa en el más puro terrorismo islámico con las consiguientes connotaciones religiosas, nada buenas cuando se trata de una confrontación entre dos civilizaciones, entre el occidente y el oriente.

Tiene razón el jefe de la Iglesia católica. La tercera guerra mundial arrancó sin tapujos el 11 de septiembre del 2011 cuando un grupo de terroristas islámicos secuestro aviones comerciales llenos de pasajeros haciéndolos estrellar contra las torres gemelas en Nueva York y contra el Pentágono. Luego el terrorismo golpeó en Madrid, Londres y París pareciendo centrar ahora su horrenda actividad en los países de la Unión Europea a la que ya se consideran sin ambages enfrentados.

Hoy el mundo civilizado está conmocionado por lo ocurrido en el aeropuerto y en el metro de Bruselas, el corazón de la Europa comunitaria, con un balance que se acerca a las 40 víctimas mortales más cientos de heridos. Como suele ocurrir en estos execrables actos, en este caso concreto ya reivindicado por la organización terrorista ISIS que parece nutrirse de jóvenes nacidos y criados entre nosotros pero por falta de adaptación o malas influencias se dejan arrastrar hacia su propia auto destrucción, en sus actos va incluida la auto inmolación, pero con el objetivo de causar el mayor daño indiscriminado posible para que el mundo, horrorizado, vuelva sus ojos hacia sus acciones, caso de lo ocurrido hoy.

Combatir este tipo de terrorismo no fácil para los gobiernos, como no lo fue en su momento para España ganar la batalla a ETA. Sus terroristas mataban indiscriminadamente, con preferencia a miembros de las Fuerzas y Cuerpos del Estado, pero no se inmolaban. En este nuevo terrorismo el asesino entrega no solo bombas y explosivos sino también su propia vida, convencido tras el consiguiente lavado de cerebro de que pasará a otra vida donde le esperan las mejores mieles, vírgenes incluidas. El giro del islamismo, radicalizándose desde el oriente medio, busca poner a occidente, y en concreto a la Unión Europea, contra las cuerdas, de ahí que está unión de 29 países, que además se enfrenta también al espinoso problema de los emigrantes y refugiados provenientes principalmente de Siria, no deba resquebrajarse ante estos ataques y sus instituciones democráticas y modernas con el apoyo de la ciudadanía deben de plantar cara sin contemplaciones a tales asesinos. Hoy en nuestro país todos los partidos importantes de nuestro parlamento han condenado los atentados mostrando sin reservas la solidaridad con las sociedades golpeadas por los mismos. España está alineada inequívocamente con la Europa comunitaria, somos el tercer país del mundo en recepción de turistas, más de 67 millones anuales, y también sufrimos hace unos años en nuestra propia carne el zarpazo terrorista islámico con las bombas en un tren de cercanías en la madrileña estación de Atocha en vísperas de unas elecciones generales, atentado que segó la vida de más de doscientos ciudadanos. En estos momentos ningún país de la Unión Europea está libre de atentados y estoy convencido lamentablemente que el de hoy en Bruselas no ha sido el último.

Lo dicho, estamos en guerra por lo que debemos de prepararnos para afrontarla, sacrificios incluidos.

 



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