El Sporting acaba de incorporar a su equipo técnico a un motivador, Ricardo SerresCervero si bien, a imitación del presidente en funciones Mariano Rajoy, no permitieron a los colegas preguntas. Solo les faltó utilizar el plasma.
Tampoco le vendría mal al gobierno del Principado un motivador aunque reconozco que la función de coach no se le da mal al presidente Javier Fernández ahora que ha caído en lo beneficioso que es para Asturias crear un área en la zona central de la autonomía para aglutinar servicios en los 29 ayuntamiento que la componen. Es una vieja aspiración muy difícil de llevar a cabo en una región donde la individualidad y los personalismos hacen que cada concejo defienda con uñas y dientes sus privilegios. Lo cierto es que habría que comenzar por una fusión de las tres cámaras de comercio, Oviedo, Gijón y Avilés, que al no tener ya las empresas la obligatoriedad de pagar cuotas solo están administrando miseria y es que cada vez que surge alguna iniciativa para utilizar mancomunadamente servicios se arma la polémica.
Aún recuerdo cuando el entonces máximo accionista del Real Oviedo, el abogado Celso González, propuso construir un estadio único de fútbol para el Sporting y para el Real Oviedo en Llanera y la que se armó. Como lo de quitar el mercado de ganados de la Ascensión de Llanera, la construcción de la ciudad deportiva del club carbayón en Siero o el traslado de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas al campus de Mieres, prácticamente vacío mientras el actual edificio en la ovetense calle de Independencia se ha quedado más que obsoleto.
Si no somos capaces de dar esos pasos muy difícil lo va a tener el Principado poder llevar a cabo lo que es una imperiosa necesidad para Asturias: crear un gran área que agrupe a 800.000 habitantes en la zona central. Siempre recuerdo allá por la década de los 60 un amplio reportaje publicado por el periodista Orlando Sanz en "La Nueva España" inspirado en el principal rotativo de Melburne en el que se informaba de una operación similar en Australia.
A todo el mundo le parece bien, aunque el ayuntamiento de Gijón no estuvo presente en la reunión, pero que no me toquen, dicen los alcaldes, ninguna de las atribuciones de nuestros ayuntamientos. Así, con unos presupuestos prorrogados y la falta de entendimiento con el gobierno central, ahora en funciones, le va a ser muy difícil a Javier Fernández llevar a cabo tal iniciativa. Solo en el terreno del transporte público por ferrocarril habría que llegar a unos acuerdos muy sólidos con RENFE quien además gestiona desde no hace mucho el FEVE salvo que, por ejemplo, la Administración asturiana se hiciera mediante transferencia con la gestión de los trenes de vía estrecha, como ocurre en el País Vasco.
Pienso, en definitiva, que solo un gobierno cuyo partido ostentase la mayoría absoluta en el parlamento asturiano tendría posibilidades. Además, habría que dar un completo vuelco al Consorcio de Transportes del Principado cuyo actual funcionamiento deja bastante que desear. En todo caso ahora que se ha anunciado a bombo y platillo dicho proyecto es de esperar que no caiga en el olvido dentro de unos meses y por parte del Ejecutivo se mantenga bien informada a la opinión pública de los pasos a dar.
Por cierto, la principal entidad financiera de Asturias, Liberbank, sufrió ayer una caída generalizada de sus sistemas informativos paralizando el normal funcionamiento de la entidad a nivel nacional. Espero que a estas horas de la tarde el problema se haya solucionado y que no haya sido consecuencia de un ataque a sus ordenadores. La banca como tantas otras cosas ya tiene sus órganos de decisión lejos de nuestra región. Hasta el banco Herrero/Sabadell se encuentra en plena reestructuración a la baja en nuestra tierra con el cierre de ocho sucursales incluida la que tiene en el polígono de ASIPO, uno de los corazones industriales de Asturias.
Tengo curiosidad por conocer si el próximo domingo de Ramos el tripartito, en definitiva, la corporación de Oviedo, invitará como es tradicional desde tiempos inmemoriales al arzobispo y al Cabildo de la catedral a caldo y fresas en la Casa Consistorial. Hasta otro alcalde socialista, Antonio Masip, cumplió a rajatabla la tradición que lo cortés no quita lo valiente. Lo cierto es que con los nuevos tiempos que corren aquellos proyectos de turismo religioso que el anterior alcalde Agustín Iglesias Caunedo tenía en cartera para Oviedo han pasado a mejor vida. Veremos a ver cuanta penitencia nos pone Jesús Sánz.