Una región para viejos

Nuestra región, tan pequeña y con tantas posibilidades desde industriales a turísticas, de siempre estuvo marcada por los localismos y ello nos viene lastrando de mala manera, máximo en tiempos de crisis.

Solo algunos medios de comunicación y a veces también, pero con timidez, alguno de nuestros políticos, expresan el deseo de que de una vez por todas el Principado cuente con una gran área metropolitana en base al triángulo Oviedo, Gijón, Avilés que supondría concretar una población común del orden de los 800.000 habitantes y, por tanto, crear una ciudad entre las diez más grandes de España, con las ventajas que ello conllevaría.

Me sale esta reflexión después de hablar al respecto con unos empresarios de medio pelo que luchan en muchas ocasiones como Don Quijote hasta contra molinos de viento. Asturias se dispersa en su efectividad por los localismos y me ponen el ejemplo de la próxima feria de ganado de la Ascensión que tras años de celebrarse en el recinto de la vecina Llanera ahora el tripartito ovetense la vuelve a integrar en el concejo de la capital, en una finca del polígono de Olloniego con el consiguiente gasto para las arcas municipales en preparación de los terrenos más una escasa, en mi opinión, rentabilidad para la zona donde apenas hay hostelería y servicios.

Celebrar la feria en Llanera era una muestra de colocar algún ladrillo de ese proyecto para el gran área metropolitana como lo hubiera sido que el Real Oviedo construyera su ciudad deportiva, tal como quiere su propietario, el mexicano Carlos Slim, en Siero. Conocerse la intención del club hizo que inmediatamente saltaran las alarmas localistas y que el Real Oviedo, que ahora cumple 90 años, diera marcha atrás.

Además, volviendo a lo de la feria de ganados, en Llanera gobierna ahora un alcalde socialista pero Wenceslao López tiene que hacer una gestión muy equilibrada entre sus socios de IU y de Somos por lo que le hubiera sido difícil ordenar al concejal de Cultura Roberto Sánchez Ramos no menear al ganado de Llanera.

Precisamente días atrás el tinetense Ramiro Lombán, director de SADEI, y persona que mejor lleva examinando la problemática asturiana en los últimos 40 años, decía a un grupo de empresarios que el principal problema de nuestra autonomía es la demografía. Que el paro, la reindustrialización, el turismo todo no solo puede mejorarse sino que así ocurrirá pero que la disminución de nuestra población, unos 7.000 habitantes menos cada año, es preocupante por lo que de continuar así no tardaremos mucho en bajar del millón de habitantes. No olvidemos que Asturias es una de las regiones con población más envejecida de Europa y también con la de menor natalidad además de sufrir un permanente goteo en nuestra juventud que cada día coge la maleta para irse a otras regiones o países en busca de oportunidades laborales. Pero, claro, parar la sangría de nuestra población e invertir el parámetro no es fácil. Los hijos tardan mucho en emanciparse abandonando el nido paterno; las mujeres cada vez se casan o son madres cada vez más mayores ante las dificultades de esta sociedad cuya estado del bienestar parece resquebrajarse; a los emigrantes ya no les interesa nuestra tierra dada la escasa posibilidad de encontrar trabajo; son nulas las posibilidades de que se instalen industrias de empleo masivo y tampoco nuestros hijos y nietos lo tiene fácil para regresar de sus lejanos empleos.

Creo que fue Francisco Alvarez-Cascos cuando gobernó en Asturias al frente de Foro, su presidenta Cristina Coto cumple hoy 46 años, felicidades, quien puso en marcha el cheque bebe, esto es, una ayuda económica a la pareja por cada hijo que tuviera. Ni con esas la cosa ha funcionado. Decir que ésta es una región para viejos, en todo caso para pensionistas, es una realidad pero ni con esa inquietante perspectiva somos capaces de rentabilizarla.



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