En este fin de semana regado por la lluvia y acompañado por el frío intenso que se manifiesta sin clemencia alguna. Retorno al deporte que se practica con las yemas de los dedos y hacen que las letras corran sobre esta pantalla de plasma y luego otros ojos ajenos a los mios puedan ver mi footing. La verdad que no es muy cansado, libera la carga emocional de la rutina y ocupa la mente.
No hay diferencia entre un domingo y otro. Prensa matutina, cañas/pinchos y comida fuera si se tercia o regreso al apartamento para improvisar una comida digna para un single como yo. Las tardes pueden verse alteradas por la lectura, radio/tv depediendo del fútbol. Si hay un partido de relieve prefiero verlo en un bar para intercambiar opiniones y descargar las frustraciones o las alegrías.
Ya para cuando regreso de nuevo al nido y con el pensamiento puesto en el lunes, se apodera de mi la mala uva. Eso si, marco cada vez que entro en la oficina una equis sobre el día que toca, al igual que hacia unas décadas atrás, cuando vestía de caqui. Solo que ahora es por que llegue el día de la jubilación y me libere de fichar.
Bueno, entre estas lineas se me fue la tarde. La lluvia sigue y yo, me voy.