En medio de este rosario interminable de víctimas, asisto con estupor a las declaraciones del Delegado del Gobierno en Aragón, culpando a Soraya -la víctima-y justificando que no tuviera protección, porque no había dicho que el sujeto podía volver. Fíjate tú, en pleno siglo XXI, vive a 400 Kms y no le dan protección porque oye, andando o en burro tarda mucho. ¡Cómo se le iba a ocurrir que la matara después de amenazarla con una pistola delante del hijo una semana antes! Si es que somos unas histéricas…

Por eso son tan importantes gestos como el de Alejandro Sanz parando un concierto para echar un tío que pegaba a una mujer, pero, sobre todo, el que más me gustó fue el de las chicas que se organizaron en los buses de Oviedo para denunciar a un acosador.

Solamente evitando comportamientos de este tipo, con tolerancia cero al machismo en cualquiera de sus formas, podremos reducir el número de asesinatos de mujeres a manos de hombres, os recuerdo que llevamos 18 en 2016 ¡¡y en menos de dos meses!!

Por el contrario, desde la política todo incide en sentido contrario: no hay conciencia de género, no hay mujeres en las negociaciones, no aparece por ninguna parte la violencia machista, no existe en los programas, debates ni pactos. ¿Por qué?

Sencillamente, para los hombre no existe, son dificultades personales o de orden afectivo que  afectan a las mujeres y “no todos los hombres son iguales”.

Con la misma retórica que el PP, que considera la corrupción en su partido son “cashos aishlados” ,  para el machismo patriarcal que sustenta este país somos unas feminazis las que pretendemos convertir la violencia de género en problema de Estado.