Hoy sabemos que la que fuera alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, gastaba miles de euros en comprar cajas de naranjas que, bajo el epígrafe contable "gastos de representación", regalaba a sus compañeros de Partido (Mariano Rajoy, José María Aznar, Javier Arenas, Esteban González Pons, María Dolores de Cospedal y otros cientos) que eran los mismos que en los mítines de los años de esplendor nacional y provincial del Partido Popular aunaban sus voces gritando en plazas y estadios: "Rita te queremos". Pura vitamina "C".
Pablo Iglesias, líder de Podemos y ya menos líder de otros grupos satélites que en las últimas elecciones generales apoyaron a Podemos, insiste en que desde su cargo de vicepresidente del Gobierno futuro designará al líder del Partido Socialista,Pedro Sánchez, presidente del futuro ejecutivo nacional. Pablo Iglesias lo tiene claro y lo vocea en plazas y polideportivos: "Pedro te queremos, pero como nosotros queramos". Pura política bananera y más vitamina "C".
Van cayendo del árbol de la indecencia las naranjas podridas -¡ya era hora!-, pero se incorpora la justificada regeneración necesaria con unos lideres que, por sus comportamientos de advenedizos prepotentes, ya no son los más necesarios.