El cementerio protestante

 

Encuentro Mieres como siempre. Tranquila, limpia y con mucho jubilado jugando a la bolsa; esto es, yendo al economato de HUNOSA, va a perdurar más que sus pozos, o a los supermercados a comprar lo que su santa le encarga cada ma"ana. Como siempre, aparcar es una lotería y no deja de sorprenderme ese sistema de poder estar dos horas en zona azul sin pagar. Pese a los esfuerzos de su primer alcalde de Izquierda Unida, Aníbal Vázquez, sigue siendo uno de los ayuntamientos más endeudados de Asturias y, por supuesto, es un concejo bien situado y dise"ado pero con una industria en general que se apaga además de la minera. El porcentaje de su paro juvenil es muy alto y Europa lo ve con preocupación como ve otros muchos parámetros de nuestra autonomía.

Mieres tiene un gran centro comercial, Caudalia, una nueva residencia sanitaria y un campus universitario en el que se invirtieron más de 200 millones pero que desde los tiempos de Sergio Marqués como presidente del Principado y de Julio Rodríguez como rector en que se puso la primera piedra está más que medio vacío.

Acudo a Mieres porque junto con mi colega José Luis Poyal, veterano director de comunicación de la antigua ENSIDESA, teníamos una reunión pendiente con la directiva de la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara que fundada en 2002 cuenta en la actualidad con 1.680 socios y realiza interesantes actividades en la zona desde la organización de la cabalgata de los Reyes Magos hasta la recuperación del cementerio protestante sito en el Ca"o, a la entrada de la antigua Fábrica de Mieres, y en el que está enterrado el cofundador de aquella factoría, Numa Gilhou, una hija y un grupo de colaboradores en su día llegados de Francia a la villa de Teodoro Cuesta.

Como se puede suponer la directiva de la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara está compuesta en su mayoría por mineros jubilados, con alguno de los cuales coincidí a"os ha en HUNOSA. Son, sí, gente veterana pero emprendedora con los que me comprometo a dar este a"o el pregón de las próximas fiestas de la patrona de la minería lo que no pude hacer el anterior por problemas de voz.

La actual directiva, la sede la tienen en la calle Manuel Llaneza, junto a la cafetería Palau, está presidida por Felipe Burón García con Juan Prieto Suárez como vice primero, Marcelino Cerra Fernández, vice segundo, Joaquín Castro López como secretario, Isaac Fernández Fernández como tesorero y Javier Menéndez Secades como adjunto a la presidencia.

Todos los fines de semana se echan su iniciativa al hombro y se van al cementerio protestante para terminar su limpieza y remodelación. Junto a la antigua carretera a Oviedo, frente a la actual entrada al polígono, siempre me sorprendió el abandono del mismo, lleno de maleza y arbustos que llegaron a tapar completamente las tumbas. Según me cuentan estos mineros recuperadores, muchos automovilistas se paran ahora para verlo e incluso han aparecido familiares de los enterrados, residentes en Bilbao y Málaga. Para junio esperan presentar en sociedad este lugar de descanso eterno de quien fue un prócer de la industria asturiana. En lo que estamos sin duda de acuerdo es que a la minería asturiana le quedan cuatro afeitadas, principalmente a HUNOSA en la que tuvimos el orgullo, y hasta la suerte, de trabajar cuando era una compa"ía con 25.000 empleados y una producción importante. HUNOSA, en su momento absorbió la parte minera de Fábrica de Mieres, sufrió, así es la mina, como a lo largo de su historia, desde 1967 en que fue fundada a hoy, que más de 700 trabajadores perdiesen la vida en accidente laboral. La actual presidenta, Teresa Mallada, de la cuenca de Aller e ingeniera superior de minas, ha colocado en el exterior del pozo Sotón, una explotación que ya solo se utiliza para los turistas, una placa sobre el cesped con cada nombre de los fallecidos. Algo así como hicieron los norteamericanos en el cementerio de Arligton. Parece ser que iba a ser inaugurada tal iniciativa a primeros de a"o pero cierto rechazo en las cuencas ha hecho que se paralice.

El caso es que en las cuencas del Nalón y del Caudal ya no hay siderurgia, y minería poca, pero ciudadanos como estos de la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara de Mieres no pierden la fe en su tierra que es la nuestra y en la medida de sus posibilidades luchan por su recuperación.



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